DESDE LA TRINCHERA

Padres de cine

Pónganse este 19 de marzo alguno de los siguientes títulos con sus padres y pasen un día de película o, mejor aún, póngansela con sus hijos

Culpable, aunque se demuestre lo contrario: la vuelta de Woody Allen

En unos meses volverá a haber una pila ardiendo de ejemplares de 'A propósito de nada', de 'Gravedad cero' y de DVD del director

El hombre que pagó sus facturas «con una cámara»

Si uno comprende que el cine de John Ford está hecho sin grandilocuencias ni pretensiones de inmortalidad empieza a entender la grandeza y eternidad de sus películas

B.W.

A Billy Wilder el mundo le debe mucho sin ni siquiera saberlo. Tiene en su haber la creación de alguna de las escenas más divertidas, revitalizantes e ingeniosas en la historia del cine

Lo esencial de la vida

No digo que los niños no tengan preocupaciones, cualquiera que hable con ellos y no sea un necio se da rápida cuenta. Digo que, a veces, tenemos que hacer que aquellas preocupaciones sean nuestras principales preocupaciones

Momentos estelares del cine (II): los encuentros cucos

Todo esto iba de los viejos guionistas que te enseñan a ver que el cine amable, el cine que nos gusta, es aquél en el que podemos identificar, quizá no un encuentro cuco, pero seguro que un momento cuco

Los chicos de la foto

De ese Hollywood, de esos 'good old days', de ese cine que era talentoso en su mayoría, de ese mundo nos queda sólo el recuerdo

Momentos estelares del cine (I): por lo que vale la pena vivir

Eso del querer bien es algo realmente extraordinario, en todas sus acepciones, y terminas por darte cuenta de que bien, bien, sólo te van a querer un par de personas, con mucha suerte

Una vida llena de ojalás

'Para siempre' pasa demasiado rápido y, casi siempre, sabe a poco

El cine donde vivir (II): gruñones de verdad

El cine, la ficción en general, se ha encargado de mostrarnos una gran cantidad de tipos cascarrabias a los que, lejos de sentirnos distanciados y cogerles manía, les hemos tomado cariño

‘Vacaciones en Roma’, una invitación a la vida

Muchas veces, la vida transcurre en algo así como doce horas, las mismas que pasan juntos Gregory y Audrey, Joe y Anna