La semana pasada el primer ministro esloveno, Janez Janša, apoyó a Hungría luego de las duras críticas que recibió de parte de líderes de la Unión Europea (UE) por una ley que prohíbe el contenido LGBT en menores de edad.

La ley promulgada por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, prohíbe contenido LGBT en material educativo en las escuelas y para menores de 18 años en la televisión. Dicha ley fue aprobada por la Asamblea Nacional el 15 de junio con 157 votos a favor y uno en contra y fue muy criticada por líderes de la Unión Europea durante las últimas semanas. Incluso el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, dijo que Hungría debería aceptar los derechos LGBT o salir de la UE.

Hasta la semana pasada, parecía que Polonia era el único estado de la Unión Europea que respaldaba a Hungría. El lunes 28 de junio, el ministro de educación polaco dijo a la revista conservadora Sieci que deberían copiar esta ley para todo el territorio polaco.

Cabe señalar que el jueves, Eslovenia tomó la presidencia rotativa de la Comisión Europea por lo que puede resultar de gran apoyo para el país presidido por Viktor Orbán.

El primer ministro esloveno dijo durante una conferencia de prensa junto a la presidente de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, que “hay diferencias que deben tenerse en cuenta y respetarse y creo que hay una clara división entre las competencias nacionales y europeas”. También hizo hincapié en que los valores europeos son percibidos de manera diferente entre los diferentes estados de la UE.

En contrapartida, Von der Leyen dijo que esta legislación húngara es una vergüenza y va contra los valores de la Unión Europea. También se expresaron con desaprobación Angela Merkel de Alemania, Antonio Costa de Portugal y Emmanuel Macron de Francia, entre otros.

Muchas de las naciones europeas que se oponen a la agenda LGBT son de la zona central de la región y formaron parte del bloque soviético. y con la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) volvieron a abrazar al cristianismo y a sus valores tradicionales. Estas naciones son Polonia, Rumania, Letonia, Bulgaria, Hungría, Croacia, Lituania y Eslovaquia, y hacen un gran esfuerzo en no dejar entrar políticas globalistas que atenten contra su fe y creencia.

A su vez, el pasado viernes 2 de julio, varios líderes de partidos políticos de 16 países europeos firmaron una declaración conjunta rechazando el modelo globalista de la Unión Europea la cual intenta crear un superestado europeo pidiendo que se respete la cultura y herencia de cada país miembro.

El documento lo habrían firmado importantes referentes como Santiago Abascal de Vox España, Viktor Orbán primer ministro de Hungría, el senador Matteo Salvini de Italia, Marine le Pen de Francia y de otros países como Polonia, Bulgaria, Austria, Bélgica, dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Países Bajos, Lituania y Rumania.

Los líderes europeos escribieron: “La cooperación de las naciones europeas debe basarse en la tradición, en el respeto a la cultura y a la historia de los Estados europeos, en el respeto a la herencia judeocristiana de Europa y en los valores comunes que unen a nuestras naciones, y no en su destrucción”.

Esta declaración la firmaron antes del próximo debate sobre el futuro de la Unión Europea, ya que el bloque está planteando cambios que se alejan radicalmente de lo que fueron los principios fundadores de la unión.

Sebastian Arcusin | BLes