La Eurocopa de 1960 cuando España no quiso jugar contra la URSS

Entre 1958 y 1960 se disputó la primera Eurocopa de la historia. A aquel gran evento deportivo, España llegó como una de las favoritas para alzarse con la victoria. El equipo, dirigido por Helenio Herrera, contaba con jugadores de la talla de Suárez, Gento, Di Stefano o Kubala, y demostró un grandísimo nivel en sus dos partidos ante Polonia en octavos. Sin embargo, en cuartos le esperaba la Unión Soviética, que había ganado su duelo ante Hungría.

Pero, en los momentos previos a que la selección viajara a Moscú para disputar el partido de ida, el Gobierno tomó la decisión de retirar a España del torneo. Así, uno de los mejores combinados del momento se quedó fuera y habría que esperar a la siguiente edición para ver a España en la final. Es más, el azar del destino hizo que esta se disputara frente a la URSS de Lev Yashin en el Santiago Bernabéu, donde un gol de Marcelino dio a España su primera Eurocopa.

España ante la primera Eurocopa de la historia

El 29 de septiembre de 1958 se disputó en el Tsentralni Lenin Stadium de Moscú el partido inaugural de la primera edición de la Copa de Europa de Naciones entre la Unión Soviética y Hungría. La idea de la creación de un torneo que enfrentase a los combinados nacionales del Viejo Continente se llevaba gestando desde 1954, año en el que nació la UEFA. Sin embargo, el contexto político motivó el temor de que no se inscribieran las 16 selecciones necesarias para la celebración del torneo, algo tangible después de la ausencia de Inglaterra, Italia y la Alemania Federal.

Pese a todos estos factores, el torneo terminó celebrándose con la participación de Checoslovaquia —que había vencido a Irlanda en los únicos partidos de fase previa que se disputaron—, Dinamarca, la URSS, Hungría, Francia, Grecia, Rumanía, Turquía, Noruega, Austria, Bulgaria, Yugoslavia, Portugal, República Democrática Alemana, Polonia y España.

El formato elegido para la competición en octavos y cuartos fue el de partidos a ida y vuelta, cada uno en casa de uno de los combinados, que se celebraron entre 1958 y mayo de 1960. Sin embargo, las semifinales y la final se disputarían entre el 6 y el 10 de julio de 1960 en Francia. En concreto, la final se jugaría en el parisino Parque de los Príncipes.

El magistral equipo de la Selección Española

España se presentó al torneo con un equipo de ensueño: Ramallets, Vicente, Gracia, Segarra, Vergés, Gensana, Luis Suárez, Martínez, Carmelo, Garay, Pereda, Pachín, Marquitos, Rivilla, Peiró, Gento, Collar, Herrera, Del Sol y Di Stefano. Su primer rival fue Polonia, por lo que la selección tuvo que cruzar el Telón de Acero ya en su debut. El combinado nacional, entrenado entonces por Helenio Herrera, solventó con facilidad la eliminatoria: 2-4 en el partido de ida del 28 de junio de 1959 y 3-0 en la vuelta el 14 de octubre, encuentro en el que jugó con los colores españoles el emblemático Ladislao Kubala.

La facilidad con la que España había vencido a Polonia la situó como una de las favoritas del torneo. Su rival en cuartos se decidiría en el sorteo del 11 de diciembre de 1959 en París. Este emparejó a la Selección Española con la Unión Soviética. En principio, y tras la negociación de los presidentes de ambas federaciones de fútbol, se acordó que los partidos se jugarían el 29 de mayo de 1960 en Moscú y el 9 de junio en Madrid, algo que confirmó la UEFA el 12 de enero. También anunció que, en caso de empate, el tercer partido se jugaría en Roma o París y que el árbitro para los partidos sería el británico K. G. Aston. Además, Helenio Herrera sólo podría llevar a la URSS a 15 jugadores de los 20 seleccionados, pues los siete pasaportes restantes que habían pactado serían para federativos y técnicos.

Ese partido resultaba sorprendente por varios motivos. En primer lugar, los jugadores de España serían los primeros en pisar la URSS desde 1937, cuando una selección de jugadores vascos —en plena Guerra Civil— realizó una gira europea que le llevó a jugar con clubes como el Spartak. Por otro lado, además del encuentro en cuartos con Polonia, sólo el Real Madrid había cruzado el Telón de Acero en enero de 1956 para enfrentarse en la Yugoslavia de Tito contra el Partizán de Belgrado en el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa.

El Gobierno toma la decisión de no jugar en Moscú: España es eliminada

Sin embargo, el Gobierno mostró importantes reticencias, sobre todo en cuanto a la posibilidad de que el combinado soviético pisara suelo español y que eso pudiera causar incidentes, o, de forma simbólica, que llegase a ondear en Madrid una bandera soviética. Todo continuó con normalidad y, de hecho, Helenio Herrera dio la lista definitiva para el encuentro el 20 de mayo y convocó a los jugadores el 24 en Madrid para partir a la Unión Soviética tres días más tarde. En ese momento fue cuando los rumores empezaron a intensificarse, aunque entre los futbolistas españoles hubiera cierta tranquilidad. Luis Suárez recuerda esos instantes diciendo que «algo pasaba, oíamos cosas, pero no pensamos que no se fuese a jugar».

Pero a las 12.00 de la mañana del 25 de mayo la bomba estalló: se comunicó a los jugadores que el partido no se iba a jugar. La decisión había sido tomada ese día por el Gobierno en el último Consejo de Ministros, celebrado en Pedralbes. Además, se publicó en la prensa española el siguiente comunicado: «La Federación Española de Fútbol ha comunicado a la FIFA. que quedan suspendidos los encuentros de Fútbol entre las selecciones de España y de la URSS para la Copa de Europa de Naciones».

Ante este comunicado, Alfonso Lafuente-Chaos, presidente de la Federación Española, junto con Agustín Pujol, representante español en la UEFA, viajaron de urgencia a París para proponer escenarios alternativos y que el encuentro pudiera disputarse. Los planes eran tres: jugar ambos partidos en Moscú con cinco días de diferencia —con taquilla íntegra para la Federación Soviética—; jugar el partido de vuelta en un terreno neutral —con reparto de taquilla entre ambas selecciones—; jugar los dos partidos en un terreno neutral elegido por la URSS.

Los soviéticos estimaron deportivas y «generosas» estas propuestas, pero las rechazaron y, en una carta de protesta, reclamaron una indemnización a la RFEF de 600.000 rublos. La UEFA decretó entonces la expulsión de España del torneo y el pase automático a semifinales de la URSS. Además, se impuso una multa, no muy cuantiosa, a la Federación Española de Fútbol.

Pese a que la Federación Española intentó por todos los medios que la selección jugara aquel partido, aquello no sucedió y la URSS acabó proclamándose campeona, tras vencer 2-1 en la final a Yugoslavia, de la primera edición de la Eurocopa. Quién sabe si España podría haber conseguido el título europeo en aquella edición. Posibilidades tenía, y muchas, pues el combinado nacional estaba repleto de estrellas, como Luis Suárez, Paco Gento, Kubala y Di Stefano. Incluso el propio Luis Suárez, único Balón de Oro español, afirmó la seguridad que había entonces en el equipo nacional: «Nosotros estábamos seguros de que les podíamos ganar y ser campeones de Europa, pero nos dijeron que eran órdenes de arriba, de Franco, y que no había nada que hacer».