Llevo mucho tiempo sin ver televisión, tranquilamente desde que soy adulto, lo que me parece una eternidad. Como para saber cuántos años hace que no recomiendo sintonizar una cadena concreta, emita lo que emita. Para qué iba a hacerlo. En los últimos tiempos, las pocas veces que he dado con un telediario de una emisora generalista —ni mencionemos otros contenidos—, la experiencia ha sido poco recomendable. Cuando mejor.

Entre las ventajas de vivir lejos están la distacia con la televisión española —también en mayúsculas— y la de notar más evidentes los cambios que ocurren en nuestro país. Aún más, que ya es decir. No porque tenga mejor ojo, sino porque lo veo casi todo a saltos, de una manera brusca, precisamente porque pasa tiempo entre una y otra vez. También los programas de noticias. Para las grandes cadenas, los servicios informativos son servicios, pero de informativos no tienen nada. Sirven a quien mande. Nunca a la audiencia. Y no informan: forman. Conciencias, odios o lo que toque. Ante todo, mienten con tan poco gusto estético como moral. El último año y medio ha sido una bendición —sí— para disipar toda duda al respecto.

Con ese panorama, salvo que seas aficionado a que te digan lo mal que haces todo, qué pensar, qué no decir o qué comer, como para ver televisión —o escuchar radio, de un tiempo a esta parte, pero ésa es otra historia. Por mucho que la tele sea el medio de comunicación más potente de todos, lo sano durante años ha sido hacer como si no existiera. Lo sano y lo fácil. Para mí y para millones de hispanohablantes resignados.

7NN se verá en plataformas digitales (Vodafone, OTT, aplicaciones especializadas), en TDT en la Comunidad de Madrid, Aragón y en numerosas ciudades de toda España. También, cómo no, en su propia web.

A partir de mañana, por fin, lo fácil —y lo sano— será poner la tele. El Día de la Hispanidad nace 7NN. Casualidades las justas: lo hace con la ambición de convertirse en “el principal canal de información e interpretación de la actualidad de España e Hispanoamérica”, en palabras de Marcial Cuquerella, pionero junto a Gonzalo Altozano, Elena Berberana, Fernando Paz, María Durán, Javier Villamor o Luis Losada, entre otros. Tendrá estudios en Madrid, corresponsalías en toda España y, a final de curso, oficina comercial y platós al otro lado del Atlántico.

De inicio, 7NN será un medio eminentemente de noticias nacionales e internacionales. Sólo se parecerá a la CNN en las dos últimas letras: su vocación es ofrecer un discurso opuesto al que mantienen las cadenas generalistas, uniforme y oficialista. En palabras de Berberana, directora de informativos, “hacer todo lo contrario” que las televisiones de siempre.

Hay alternativa. Y ganas. Pon la tele.