La provincia Pequeña Polonia (Malopolska, en polaco), donde se encuentra Cracovia, ha optado por la posibilidad de devolver 2.500 millones de euros procedentes de la Unión Europea antes que fomentar la propaganda LGBT.

El gobierno regional tachó la cantidad como un “soborno” tras recibir advertencias según las que la transferencia quedaría anulada si no revocan su Ley de zonas libres LGTB.

Ante el aviso de la UE, y para ser aún más firmes en sus posiciones, las autoridades locales polacas (con los votos del partido Ley y Justicia) aprobaron una resolución de “oposición a la introducción de la ideología LGBT”.

Los políticos conservadores de Polonia han reiterado en infinidad de ocasiones que su posición no tiene nada que ver con su interés por la orientación sexual de cada persona. Al tiempo, se han mantenido firmes en su negativa a permitir que la ideología LGTB penetre en su país, por contravenir los valores católicos de la nación.