RELATOS

Sin miedo al noviazgo

Aquella ocasión en la que en el Club Dalroy se habló sobre el noviazgo

Diez dedos

Sintió el orgullo salvaje de pertenecer a la tribu, de ser uno más exactamente igual que el resto

El susurro de Dios

Cuando la ruidosa comitiva de sabios atareados hubo pasado, Ananías preguntó a su hermano a qué venía tanto ajetreo

El viaje de June Wesley

No debía de llevar más de media hora en aquel lugar cuando la señorita Adler sintió una punzada en el estómago. Allí, tres posiciones más avanzadas que ella en la cola que guardaba, se balanceaba sobre sus pies una mujer elegantemente vestida

Un limonero

El peligro es eje de la vida sublime y nada impide más el avance hacia lo eterno que la casposa prudencia

La loma del Tabor

Así como la subida del Tabor es una bajada, la gloria del Tabor se encuentran en el valle

Un fin de semana con un madrileño católico

Quedas con Nico en El Qué de Maldonado, un bareto regentado por un tipo al que le llaman «El mayo». Primera cerveza, cae una tapa de torreznos. Devoras como un perro y absorbes la caña como si fueras una esponja. Es viernes y el aire se respira de otra manera

Cuando Händel puso música a la Palabra

Era la noche del 21 de agosto de 1741. Georg desandaba Bond Street para regresar a casa tras uno de sus habituales paseos nocturnos por Green Park, a pocas manzanas de distancia de su residencia

Génesis de la Navidad: el belén de Belén

En el principio era la nada y era ya la nada incluso antes del principio. Una oscuridad infinita cubría todo aquello imaginable, aunque entonces no hubiera nada que pudiera ser imaginado

Cita en Moulinsart (III)

Con aquel gesto el Capitán ha reconocido en mí al niño que quería vivir todas aquellas aventuras y que, de algún modo, lo hacía, ha reconocido al adolescente que aprendió tanto de su amistad con el periodista y ha reconocido al hombre que hoy, sigue viajando con ellos una y otra vez, con una sed de aventuras insaciable

Cita en Moulinsart (II)

Caminamos para abandonar la habitación y cuando estoy en la puerta de la sala siento una fuerte mano cogiéndome del brazo. Y una barba acercándose a mi oreja