PENSAMIENTO

Elogio del desorden

El abandono es una disposición activa de la fe; es su más perfecta demostración. De ahí, la alegría en la enfermedad; de ahí, la serenidad en medio del fracaso

Lo grande, ande o no ande

Nuestra alma pide épica: la sangre, el sudor y las lágrimas. No queremos, en lo más hondo de nuestro ser, la felicidad, sino merecerla

Cosas que me soportan

Algo sencillo que, sin ser la gloria, acaso nos permita vislumbrarla y desearla más

¿Existe el hombre o la mujer de tu vida?

Dios tiene un plan y se funda en la libertad humana para llevarlo a cabo: sabe con quién te vas a casar pero eso no te hace menos libre

Un melódico tac tac

No me cuadraba aquel tac tac entre calles que, aunque limpias y despejadas, siguen reclamando la pisada de unas botas

Ser como niños

El Niño que nació, que nace, en Belén nos recuerda que el mundo es creación y no construcción, al igual que nosotros

La belleza duele

Intuimos una inmensidad que nos desborda

Las cosas normales

La felicidad perfecta no existe. Por lo menos no se puede buscar. Un sabio decía que «solo se puede buscar la felicidad de los que tienes cerca»

Una dicha compartida

El verdadero sentido del gozo interior nace del propósito personal de multiplicar la alegría en otro con quien se comparte

Dejarlo por Glovo

Para qué seguir con quien traiciona vuestros códigos y sus propias palabras. No intentes arreglar la espantada de la persona equivocada

Breve antropología del regalo

El regalo afirma la existencia del otro y persigue intensificarla. «Te quiero y quiero que, con mi regalo, tú seas más tú»
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