Anteayer se cumplieron 529 años del descubrimiento de América para el mundo civilizado y volvieron, como ya es costumbre, las trincheras en ambos hemisferios, la de los ciudadanos orgullosos de sus antepasados y las gestas del Imperio, la de los que han visto en la hispanofobia un negocio político y la de los que sólo han aprendido la Leyenda Negra y odian todo lo relacionado con España.
Hoy sigue sin haber voluntad política para explicar, con objetividad y sin caer en el presentismo, las consecuencias positivas de un acontecimiento que cambiaría el mundo para siempre.
Las consecuencias de la llegada de España a América en América
La corona promovió los matrimonios interraciales nada más llegar a América, cinco siglos antes de que se pudieran celebrar en los Estados Unidos. Fuese cual fuese el motivo real, es destacable la nula objeción de los españoles para mezclarse con indios, negros, mulatos, mestizos, etc. aunque eso supusiese bajar puestos en la pirámide jerárquica. Si los ingleses hubiesen llegado primero, no solo no hubiesen celebrado enlaces de este tipo, los indígenas, como en el norte, habrían desaparecido casi en su totalidad.
Que España no optara por la reforma protestante en Trento, aunque la mismísima web de cultura del Gobierno diga lo contrario, no situó al Imperio en la corriente más intransigente de la cristiandad; conocidos los hechos, podríamos asegurar que fue al contrario. Los mismos teólogos españoles que brillaron en dicho concilio fueron los primeros que se preocuparon por los derechos de los indígenas que, hasta la llegada de las tres carabelas, pasaban los días entre sacrificios, secuestros, robos, tributos abusivos, violaciones, etc. de las tribus dominantes. Por otra parte, los mismos barbudos que desembarcaban en las nuevas tierras descubiertas, hacían llegar a oídos de la corona los abusos cometidos por sus compañeros de viaje para que recibieran el castigo merecido.
Gracias a esta lucha por la dignidad de los conquistados, la Escuela de Salamanca sentó las bases de los derechos humanos, de la economía liberal y la soberanía nacional (Vitoria, Mariana, Soto, Suárez, etc.).
Con la llegada de España se acaban los tzompantlis y los pozoles con carne humana y se llenan las ciudades de hospitales, universidades, colegios, audiencias, cabildos, catedrales, etc. Se les enseñó el uso de la rueda y se construyen caminos reales como el de Tierra Adentro y acueductos impresionantes como el del Padre Tembleque, ambos bienes, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Nada parecido a esto pasó en las colonias británicas, francesas, holandesas o portuguesas porque sí consideraban que eran tierras ocupadas que solo servían para engrandecer la metrópoli.
Nada que ver con el Imperio español; México, Lima o Potosí llegaron a ser algunas de las ciudades más importantes del mundo, por encima de las españolas.
Las consecuencias de la llegada de España a América en Europa
Podemos empezar por lo más superficial, hablando de los platos típicos del Reino Unido y de Bélgica, los fish and chips (patatas), los moules-frites (patatas), los bombones belgas (chocolate), etc. La patata traída por los españoles salvó del hambre a los europeos. Antes de que las papas llegaran al Viejo Continente, las malas cosechas provocaban hambrunas y, con éstas, violencia y saqueos. El azúcar de caña, el cacao, el tomate… Hoy no entendemos la gastronomía europea sin muchos de estos alimentos traídos por los españoles.
El logro realmente importante que se extendió por Europa fue el mismo que nació en el otro lado del Atlántico, la defensa de los derechos de los más indefensos, el protagonismo de “los de abajo”, ese barroco del Joven mendigo de Murillo, ese Juan de Pareja de Velázquez, ese Lazarillo de Tormes, ese Alonso Quijano de Cervantes… En todo este proceso tiene especial protagonismo la Compañía de Jesús, otra aportación relevante y determinante para el curso de la historia. Fueron ellos y miembros de otras compañías los que motivaron a emprender la misma lucha a los levellers ingleses y a los revolucionarios franceses. Estos últimos entendieron que el tiranicidio de Mariana no solo era aplicable para el príncipe, sino para todos los que pensaran distintos a ellos, dando comienzo con esta desvirtuación a la primera revolución sangrienta anticristiana que los occidentales contemporáneos y posmodernistas han colocado como el verdadero comienzo de la civilización occidental.
¿Es España culpable de lo que hicieron otros países?
Bastante tuvo el Imperio español con defender sus territorios de la piratería inglesa, defender Europa de los turcos y de los arrebatos de los franceses y los papas, y todos los ataques que recibía por tierra, mar, aire e imprentas de los países que le disputaban la hegemonía.
Si España tiene la culpa de algo es de no haber sabido frenar la propaganda antiespañola y cargar con una serie de que no le corresponden. Aunque existen numerosas vindicaciones como el Antijovio, la de Wenceslao Ayguals de Izco o las críticas de Bernal Díaz a Gómara, cronista que nunca pisó América, y a De las Casas, nunca se ha producido una reacción a la altura del problema.
Hoy es incapaz de pedir a Portugal que deje de atribuirse la vuelta al mundo que intentó torpedear. Las instituciones se niegan a recordar al mundo que Magallanes, naturalizado castellano y al servicio de la corona española, murió en Filipinas y que la hazaña fue completada por el tesón de un español llamado Juan Sebastián Elcano.
Qué significa la Hispanidad en nuestras vidas
Algunos creen que no hay motivos para defender la Hispanidad, aunque no sea verdad la Leyenda Negra, que estar orgullosos es la hiperventilación de los cayetanos, no saben argumentar por qué no podemos celebrar la globalización de la filosofía griega, la jurisprudencia romana o el humanismo español a pesar de ser lo que nos ha permitido construir Occidente.
Estar orgullosos de la hispanidad significa reivindicar a los antepasados que convirtieron a diferentes en individuos libres e iguales ante la ley, que cedieron el testigo a los Estados Unidos, la potencia que conseguiría hacer desaparecer el antiguo régimen con una constitución liberal.
Si la esencia de la Constitución se pierde como en España por los privilegios de algunas regiones, la carta magna se vuelve papel mojado y la nación se convierte en una jungla.
La hispanidad nos proporciona hoy las armas ideológicas, la resistencia contra los colectivistas que quieren convertirnos en números y aglutinarnos en bandos enfrentados, una “vuelta al taparrabos” con consecuencias muy negativas que podemos ver hoy en Hispanoamérica.
La Reconquista
Aún seguimos viendo películas y documentales que reducen toda esta epopeya al oro, al retablo principal de la catedral de Sevilla (Canal Historia), a un invento del franquismo (Netflix), o a un genocidio que nunca existió, per, después de varios siglos, hispanos de ambos hemisferios e hispanistas de todo el mundo han comenzado la nueva cruzada contra la yihad antiespañola, esa que quiere enterrar nuestra forma de vida, con ensayos, series, documentales, musicales, jornadas culturales, exposiciones…
En nosotros está que nuestros hijos, nietos, sobrinos o alumnos tengan el derecho que nos han negado a muchas generaciones: conocer la verdad sobre los hombres y mujeres que nos dieron la patria y un mundo libre.