Si llega el día en que se cuelen en el jardín a las dos de la mañana y hay que tapiar las ventanas, siempre podremos huir a Andorra, Suiza o Luxemburgo a leer a Voltaire, ese gran negrero tolerante, y decirnos a nosotros mismos que aquí hubieran hecho falta guillotinas
No terminaré de creerme que estamos en 1939. Putin no es Hitler, pero tampoco Stalin. A pesar de lo que digan la doctrina de la escuela liberal turolense y el pretérito diario conservador
El mercado pone la vista (ocasionalmente) en modelos masculinos, modas y valores bastante alejados de la deconstrucción del macho que también nos propone por otro lado