La publicación por la editorial Biblioteca HomoLegens de Cambio de régimen, la última obra traducida al español de Patrick J. Deneen, politólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), ha supuesto un soplo de aire fresco para los necesarios debates sobre la superación de viejos clichés y la ruptura con ciertas compañías poco recomendables en el ámbito del conservadurismo.
El subtítulo de este ensayo, Hacia un futuro postliberal, sigue la senda de su anterior obra traducida al español en 2018 ¿Por qué ha fracasado el liberalismo?, planteando una hoja de ruta para sustituir a la élite liberal y construir una nueva élite que trabaje con un «conservadurismo pre-postmoderno» que busqué sin excusas los intereses de la mayoría social de nuestras sociedades.
Aunque surja de la realidad norteamericana y tenga algunas referencias específicas a la política y sociedad de los Estados Unidos, Patrick J. Deneen compila un texto capaz de analizar la realidad que vivimos y las alternativas que plantea en cualquier país occidental.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de asistir a la presentación en la taberna Casamata, ese oasis en la calle Carranza de Madrid de gastronomía y cultura en un mundo hostil a los sentimientos realmente comunitarios, donde David Cerdá, prologuista a la edición española, acompañado del analista Javier Benegas hizo un breve recorrido por las intenciones del autor. Destacables fueron los esfuerzos de Benegas, autodefinido como «liberal instintivo», para reclamar una alianza entre liberales, libertarios y conservadores frente al enemigo común. Algo antagónico por cierto a lo que solicita el politólogo norteamericano en su obra, dado que señala de manera contundente que liberales y libertarios no forman ni pueden ser compañeros de viaje de lo que el denomina «conservadurismo del sentido común», denunciando explícitamente que «el orden liberal parte de una preferencia de unos pocos frente a los muchos». Por tanto algo incompatible con quienes combaten y proponen un modelo alternativo al de las élites liberales, sean las clásicas o las progresistas.
Cuando Patrick J. Deneen profundiza en su obra sobre los fundamentos de esa alternativa que en cierto modo se reclama superadora de los bandos clásicos de izquierdas y derechas, recurre a las raíces del conservadurismo británico pero más específicamente al de Benjamín Disraeli, el «conservadurismo de una sola nación», la tradición tory «socialista» del mutualismo o al distributismo de G.K. Chesterton e Hilaire Belloc, desafiando a la categorización habitual y pudiendo ser considerada como una «crítica de izquierdas» al capitalismo o como una «defensa de derechas» de la sociedad tradicional y estable de familias, fe y comunidad. Como señala David Cerdá en el prólogo, hay que recordar a la izquierda que «el pueblo», a quien tanto dice representar y al mismo tiempo insulta cuando «vota mal», es por naturaleza conservador y apuesta por la cultura, la familia, el trabajo honesto y el barrio. Por tanto, por conservar «instituciones solidas y un prójimo al que cuidar».
Cambio de régimen ofrece un soporte intelectual para el debate y para la construcción de nuevas alternativas a la modernidad liberal. Una alternativa que se está abriendo paso por diferentes vías y experiencias que a veces no parecen homogéneas pero que todas ellas ofrecen «esperanza para el progreso después del progresismo y para la libertad después del liberalismo».