A la vista de lo sucedido estos últimos días, hoy es fácil pensar que las elecciones del pasado domingo tenían un doble fin: hurtar a Ayuso el mérito de su resultado en Madrid y dejar a Vox en un segundo plano de cara a las elecciones andaluzas
Se cuentan por decenas los sesudos y clarividentes analistas que exhortan a Casado a evitar cualquier acercamiento a Abascal, a encastillarse en el discurso de la moción de censura contra Sánchez que tan discretos resultados le dejó en Cataluña
A diferencia de tiempos pasados, cuando el miedo era sólo una de las muchas herramientas con las que dirigir un país, actualmente parece haber sustituido a cualquier idea
No sólo los tribunales han sido incapaces de escapar de la tiranía de los sentimientos, sino que parecen haberse convertido en uno de sus objetivos predilectos