Nacido en Madrid, con el corazón dividido casi a partes iguales entre Nápoles y Washington. Deporte, tecnología, radio y libertad. Nunca he dejado de creer. Ni pienso hacerlo.
En el lugar donde residen todos sus demonios Griezmann ha puesto la primera piedra sobre la que construir el compromiso con una afición a la que le debe la ilusión por volver a ser, y no simplemente a estar.
En Madrid el virus es menos letal y la capacidad de los estadios se limita a un 40%, no como en el País Vasco, cuyos campos mantienen el aforo a un 20%