Mea culpa. Este año se me ha echado el tiempo encima y no he sido capaz de escribir el acostumbrado cuento de Navidad. Prometo que en 2025 no habrá excusas. Como compensación, traigo a Haleakaloha un completo surtido de cuentos y artículos que horrorizarían al Grinch.

Empecemos con un cuento navideño en sentido estricto, de ficción. Más constante que yo, Javier Torres no nos falla y, como cada año, cumple con su tradición. El de este año, un poco Mad Men, habla de la señora Antúnez… y del señor Bailey. Lo publica La Gaceta.

En Nuestro Tiempo, la mejor revista universitaria española, Enrique García-Máiquez recurre a un grande, en todos los sentidos, para acercarnos a estas fiestas. «Chesterton apuesta por los regalos a la vez que arremete contra el consumismo», razona. «La clave de la no contradicción de la paradoja estriba en que lo importante no es comprar nada, sino darlo. El acento está en la entrega, no en la adquisición. El propio Cristo es un regalo de Navidad’, nos recuerda para zanjar los remilgos».

Pasemos a la mesa. Esperanza Ruiz nos habla en La Gaceta de manjares navideños. «Ni siquiera podemos abrazar el turrón para encontrar algo de simplicidad. Almendras y miel no bastan. Queremos pastas “de autor” firmadas por Torreblanca. Necesitamos ponerle yuzu, crear “explosiones gustativas” y probar sabores extraños como el de cocido madrileño o el de patatas fritas onduladas. Y esto hay que denunciarlo aun a riesgo de quedar como Paco Martínez Soria».

En divertido contraste, Hughes defiende en la misma cabecera un delicioso dulce importado. Importado de cerca: de Italia. «Si Petrarca enriqueció la literatura española, ¿por qué no va a hacerlo el panettone, soneto del dulce?».

Juro que no es peloteo: esta cabecera, La Iberia, presentó hace unos días un especial navideño tan bueno que es difícil quedarse con alguno de sus textos. Lean todos, háganse el favor. Si me obligan a elegir, mi favorito es el de Pablo Mariñoso, que suena como un manifiesto nostálgico pero vitalista.

No hay Navidad sin música, de los villancicos junto al árbol a los valses y polcas de los Strauss en el Musikverein de Viena. En La Iberia, Ricardo Ruiz de la Serna entona el Adeste fideles, «esa letra cristalina y esa música maravillosa cuya autoría se disputan ingleses y portugueses».

Cerramos con Daniel Capó, que siempre da el do de pecho columnístico en estas fechas. Su Canción de Nochebuena, publica en Diario de Mallorca, es una auténtica gozada, fundida en el molde clásico del artículo navideño.

Desde la tropical isla de Haleakaloha les deseo feliz Navidad y un excelente 2025. Nos leemos en enero.