«Querida futura mamá, no tengas miedo. Tu hijo podrá hacer muchas cosas. Te podrá abrazar. Podrá correr hacia ti. Podrá hablar y te podrá decir que te quiere». Así empieza la respuesta a la angustiosa pregunta de una madre que se ha enterado de que su bebé tiene un cromosoma 21 más. Tener un cromosoma más, la trisomía 21, implica que su bebé nacerá con Síndrome de Down y esto preocupa a la futura madre.

Las preocupaciones de cualquier madre por el niño que ha de nacer son normales. Tener un cromosoma más puede parecer un impedimento para llevar una vida normal, pero este vídeo comparte experiencias de 18 personas con síndrome de Down que demuestran que no es así.

El corto ha contado con el apoyo de la Fundación Jérôme Lejeune. Esta institución es pionera en la investigación y atención a las personas con síndrome de Down desde hace muchos años. Saben que las personas con esta discapacidad sufren mucha discriminación. Pero en el vídeo, 18 jóvenes aparecen celebrando sus experiencias familiares para ayudar a desestigmatizar su discapacidad. Sin embargo, unos meses después de que esta esperanzadora pieza se compartiese en varias plataformas, una autoridad pública francesa consideró que el vídeo no era un «mensaje de interés general» e impidió que el vídeo se reprodujese en la televisión. Como razón de peso, se dijo que este vídeo podía ofender a las mujeres que habían decidido abortar a sus hijos discapacitados, impidiendo compartir a través de la televisión este mensaje de esperanza.

La libertad de expresión es la base de toda sociedad libre y democrática, y está protegida por el derecho internacional de los derechos humanos. Nadie debe ser censurado por hablar de su vida con síndrome de Down. Todas las voces tienen derecho a ser escuchadas. Censurar a las mismas personas que intentan desafiar la estigmatización contra personas como ellos es algo particularmente atroz.

Para defender el derecho a que todo el mundo pueda decir lo que piensa, la Fundación Jérôme Lejeune, con el apoyo de ADF International, denunció el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hoy, 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down es una buena ocasión para recordar que los derechos humanos se aplican a todos, independientemente de su condición mental o física. Una de las características de cualquier hombre o mujer es que puede amar y puede recibir amor. Que se niegue esto a alguien por tener síndrome de Down, un color de piel distinto al tuyo o unas creencias opuestas es una discriminación innegable que, como sociedad, no deberíamos permitir.

Es posible que la vida de aquellos con síndrome de Down no sea fácil. Lo cierto es que, como todos, pueden tener una vida alegre y feliz si, como a todo el mundo, les dejamos tenerla.