No estaba seguro de escribir una segunda entrega sobre la capital francesa, pero mis pocos y fieles lectores me lo pidieron en Twitter —en Podría ser peor también abrimos «procesos de escucha»— y material, evidentemente, no falta. De modo que en octubre seguimos paseando por un París cinematográfico y novelesco, lleno de misterios y romances, iglesias y bistrós, pastelerías y bibliotecas. Una aldea gala que vale la pena defender, también —¿sobre todo?— contra los enemigos internos. No guarden la maleta: esta temporada, mi sección visitará unas cuantas ciudades del mundo.

El hombre de la Torre Eiffel (1949)

Inspirada en una de las novelas de Maigret, los principales atractivos de esta película son París —un París en sepia, de posguerra, con bellísimos exteriores— y Charles Laughton, que se atreve a interpretar al comisario. La historia: suspense con carga psicológica, al estilo de Simenon, que desemboca —aquí viene el toque americano— en un trepidante final en la torre Eiffel. Está en Filmin.

Sudores fríos, de Pierre Boileau y Thomas Narcejac

Esta es la novela que inspiró Vértigo. ¿Y qué tiene que ver Vértigo con París? ¿Acaso no es la película de Hitchcock uno de los emblemas de San Francisco? En realidad, el libro, entre otras muchas diferencias de calado, transcurre en Francia, en una Francia ocupada. No busquen en sus páginas el Golden Gate, el bosque de sequoias o la misión de San Juan Bautista. Aquí encontrarán otros escenarios: los del París en guerra, un entorno que resalta la confusión febril del protagonista, que recorre sus calles sombrías en busca de una soñada Madeleine. Publicada recientemente en España por RBA.

El día del Chacal, de Frederick Forsyth

Aunque solo es parcialmente parisina —la aventura del Chacal recorre varios puntos de la geografía francesa—, el final de esta historia merece, sin duda, colarse en esta selección: el desfile del 14 de julio, con toda su pompa republicana y gaullista, calor y bullicio, es un escenario perfecto para los últimos compases de la trama.

No extraña que la obra de Forsyth fuera incluida entre las cien mejores novelas policíacas de todos los tiempos por la Mystery Writers of America en un meritorio vigésimo puesto. Puestos a buscarle un defecto a la novela, uno moral: es imposible no simpatizar con el malo. Por si no se deciden, aquí mi reseña en Libro sobre libro.

4  El globo rojo

Vi este corto hace unos cuantos años, cuando estaba en la universidad, y por alguna razón se funde en mi memoria con mi lectura de entonces: Los cuatro amores, de C. S. Lewis. Y creo que no es casualidad, porque la he vuelto a ver y la historia del globo y el niño, felices e inseparables, me ha parecido todo un tratado visual sobre la amistad. De fondo, el apacible barrio de Ménilmontant.

Los nuevos curas, de Michel de Saint Pierre

Mediaban los 60 y todavía estaba viva la retórica de la «primavera del Concilio» cuando esta novelita arrasó en las librerías y los quioscos y corrió de mano en mano, agitando conciencias y escandalizando a los modernos biempensantes. Transcurre en Villedieu, una banlieue parisina donde las últimas huertas se mezclan con los talleres, y la fe de siempre choca (¿o coquetea?) con el comunismo. Allí llega el padre Delance, un cura decidido a ser santo en un tiempo de contradicciones.

Católico y monárquico, ácido cronista del final de una época, Michel de Saint Pierre está hoy injustamente olvidado. Tendrán que buscar sus novelas en librerías de viejo.

Sabrina (1954)

Hasta tres películas de Billy Wilder podrían colarse en esta lista: por orden cronológico, Sabrina, Ariane (1957) e Irma la dulce (1963). Las tres son comedias agridulces. Mi favorita es la primera: un cuento de hadas protagonizado por Audrey Hepburn (¡cuántas veces vino la Hepburn a París!), Humphrey Bogart y William Holden, nada menos. Está en Filmin,

Scaramouche, Rafael Sabatini

Otra novela que solo transcurre parcialmente en París, pero no puede quedarse fuera, porque es brillante desde su comienzo («Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese era todo su patrimonio») hasta la última página.

Ambientada en la Francia revolucionaria, cuenta la historia de André-Louis Moreau, el gran Scaramouche; abogado, cómico, espadachín y político; uno de esos personajes inmortales que saben mezclarse con los hechos históricos sin que parezca forzado. Aventuras, Publicada por Random House (Colección Grandes Clásicos).

Playtime (1967)

Cerramos con el humor finísimo de Jacques Tati. Cuando un grupo de turistas llega a París, descubre con decepción que se parece mucho a las demás ciudades que están visitando. Todo cambiará cuando descubran a un singular ciudadano parisino, Monsieur Hulot, que agita las aguas allá por donde pasa.

Rara y personal, con una música bellísima de Francis Lemarque, Playtime requiere atención y apertura de mente, pero da mucho a cambio. Disponible en Amazon Prime Video.