Hacia una España sin españoles

La población de España crece más que nunca, pero los españoles son menos cada año

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España sigue alcanzado, trimestrer a trimestre, su máximo histórico de población. El 1 de octubre de 2025 eran 49.442.844 los residentes, según la Estadística Continua de Población (ECP) del Instituto Nacional de Estadística (INE). El dato supone un incremento de 474.454 personas en el último año y de 105.488 sólo en el tercer periodo de éste, confirmando una tendencia de expansión demográfica que contrasta con la caída de la natalidad y el envejecimiento de la población autóctona.

El aumento demográfico español se debe casi por completo de la invasión migratoria. Las personas nacidas en el extranjero alcanzan ya los 9.825.266 residentes, casi una quinta parte del total nacional. En cambio, la población nacida en España se ha reducido, reflejando el estancamiento del crecimiento natural (el saldo entre nacimientos y defunciones), negativo desde hace más de una década.

La población todavía de nacionalidad extranjera, que no incluye a los casi tres millones ya nacionalizados y a buena parte de los hijos de extranjeros, se sitúa en 7.132.324 personas, tras aumentar en 78.937 durante el trimestre. Sin embargo, el número de nacidos fuera de España es mayor, lo que evidencia el efecto acumulado de las adquisiciones de nacionalidad española en los últimos años. Cada año, decenas de miles de inmigrantes procedentes sobre todo de Iberoamérica y el Magreb obtienen nuestro pasaporte.

España en la encrucijada de su supervivencia

El decrecimiento neto de la población española

España crece en número de habitantes, pero pierde población nacida en el país. En 2024, mientras la población total aumentó en más de 500.000 personas, la población nacida en España se redujo en unas 130.000, según el INE. La causa es el fuerte desequilibrio demográfico entre nacimientos y defunciones: se registraron 322.075 nacimientos frente a 461.946 fallecimientos, lo que supone un saldo vegetativo negativo de casi 140.000 personas, el más bajo en décadas.

La tasa de fecundidad, de 1,16 hijos por mujer, y la edad media de maternidad (32,6 años) sitúan a España entre los países más envejecidos del mundo. El crecimiento de la población española se explica casi en exclusiva por naturalizaciones (más de 240.000 en 2024) y por el retorno de emigrantes, no por nuevos nacimientos. España se expande demográficamente, pero con una composición cada vez más internacionalizada.

Nacionalidades protagonistas de los flujos migratorios

Durante el tercer trimestre de 2025, las principales nacionalidades de inmigrantes fueron la colombiana (32.100 llegadas), la española (24.500) —emigrantes retornados o descendientes de españoles— y la marroquí (23.400). Les siguieron Venezuela (20.500), Perú (16.000), Italia (8.100), Argelia (7.000), Argentina (6.100), Ucrania (5.900) y Rumanía (5.800).

El predominio de América Latina confirma la vinculación lingüística y cultural como factor clave de atracción. Colombia se consolida como el principal país de origen, por delante de Marruecos, Venezuela y Perú. En el lado de las salidas, los principales remigrantes fueron españoles (9.100), colombianos (8.200) y marroquíes (7.900), lo que refleja la alta rotación de ciertos grupos en función de las oportunidades laborales y familiares.

Población de EspañaDistribución territorial del crecimiento

La población creció en todas las comunidades autónomas y en las ciudades de Ceuta y Melilla, aunque con ritmos diferentes. Las regiones con mayores aumentos porcentuales fueron la Comunidad Valenciana (0,40%), Aragón (0,36%) y Castilla-La Mancha (0,34%), seguidas de Cataluña y Navarra (0,32%).

Por debajo de la media nacional (0,21%) se situaron Galicia e Islas Baleares (0,20%), Murcia (0,19%), País Vasco (0,18%), Canarias (0,16%), Extremadura (0,11%), Madrid y Andalucía (0,06%). Estas diferencias responden al desplazamiento interno hacia zonas con vivienda más asequible y mercado laboral en expansión, especialmente en el eje mediterráneo y el valle del Ebro.

Más hogares, pero más pequeños y envejecidos

El crecimiento poblacional se refleja también en el número de hogares, que alcanzaron 19.684.380 al inicio del cuarto trimestre de 2025. En sólo tres meses se crearon 55.109 nuevos hogares, impulsados por la llegada de inmigrantes y la emancipación tardía de jóvenes adultos.

Aun así, el tamaño medio de los hogares sigue cayendo (en torno a 2,5 personas por vivienda), lo que implica más demanda de viviendas individuales y presión añadida sobre el mercado inmobiliario. Este fenómeno se traduce en un aumento de la demanda de alquiler y en una mayor tensión en los precios, sobre todo en áreas metropolitanas y zonas costeras con fuerte atracción migratoria.

Una de cada cinco personas residentes nació en el extranjero, como se ha apuntado, una proporción similar a la de Alemania y superior a la de Italia o Francia. Esta transformación cultural está ayudando a sostener la población activa y los sistemas de bienestar, pero plantea también desafíos de integración y cohesión social. La población de España crece más que nunca, pero los españoles son menos cada año.

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