Padre Huidobro, héroe de almas legionarias es el último libro del escritor Emilio Domínguez Díaz, antiguo caballero legionario. En su obra, Domínguez narra la vida del páter con gran lujo de detalles biográficos y hace especial hincapié en los valores de este religioso, esos que, por desgracia, tanto brillan por su ausencia en la sociedad actual.
Hoy en día es fácil ver la falta de cohesión en numerosas decisiones de nuestro entorno tanto en el modus operandi como en idearios e ideales que, sin necesidad alguna, nos llevan a innecesarios conflictos de difícil o imposible solución una vez enquistados.
Es por este motivo que hoy 11 de abril, al cumplirse el 88 aniversario de la muerte de este capellán castrense en las inmediaciones de la Casa de Campo, podemos vislumbrar un claro ejemplo de santidad, de solidaridad, de humildad, de compañerismo y de gran sentimiento de humanidad en la figura del páter. Sus hechos ahí están y son irrefutables.
Esto se ve reflejado, como menciona el autor, en la repulsa a portar armas en un campo de batalla donde le bastaba el poder y la fuerza de su crucifijo. Y el padre Huidobro no actuaba con aires de superioridad o el convencimiento de sentirse invencible, sino como aquel que tiene plena confianza en la virtud ajena, incluso la que proviene del bando ideológica o religiosamente opuesto.
La virtud y los valores morales son imprescindibles y es indudable que nuestro descarriado mundo precisa de ellos cada vez más. Tanto es así que el profesor Domínguez cita aquellos que él ha descubierto en la existencia vital del «curita» —así llamado por sus rudos legionarios de la IV Bandera «Cristo de Lepanto»—.
Independientemente de pensamientos o la religión que se profese, es evidente el tipo de persona que era D. Fernando Huidobro Polanco, mártir en la entrega por y para los hombres de su Bandera y, previsiblemente, futuro primer santo de la Legión.
Sin embargo, no todos aceptan esta abnegada versión del sacerdote. Muchos —que detractores también los hay— se han empeñado en editar la verdad, su «falsa» verdad, creando y viviendo de falacias de proporciones infinitas. Por este motivo, el autor del libro rotundamente desmiente la falsedad de un supuesto: el de que el páter pudo haber hallado la muerte tras el disparo de uno de sus legionarios. 
Contra los malintencionados rumores, Domínguez expone sus argumentos de manera clara y concisa en uno de los capítulos más incisivos de su libro: La mentira histórica. El dictamen forense realizado tras su última exhumación del pasado 2024 dictará firme sentencia al respecto y cerrará bocas de las que partieron opiniones gestadas por el odio.
El cristianismo, que gira en torno a la figura y sacrificio de Jesucristo, hereda casi toda —o toda— Su moral. Y dentro de esta religión, que directamente inspiró al páter, ese sacrificio se torna en protagonista de una vida entregada a Dios y los hombres por amor. Jesús llamaba a sus seguidores a imitar su ejemplo en la frase del Evangelio de San Mateo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame».
El testimonio puesto en práctica se vislumbra en cómo el padre Huidobro trataba a sus queridos «legías», cómo convivía con ellos rechazando un especial trato de favor en reiteradas ocasiones. Desafortunadamente, en el presente, sus valores parecen haber emprendido el camino de un exilio forzoso y desconocido como consecuencia de intereses ideológicos.
Así, Domínguez hace del capítulo de los valores el más relevante para los lectores; especialmente, aquellos jóvenes con gran espíritu de patriotismo que no saben dónde recuperar o encontrar su arraigo e identidad para empezar a amar la nación que les vio nacer. También, nos enseña que se ha de empezar por uno mismo y sus propias circunstancias, tal como hizo el páter, pues como dice Ortega y Gasset, eso es lo que somos cada uno.
De igual forma, puede resultar más sencillo ver desde fuera, sin compromiso religioso —no soy católico ni cristiano— descubrir y valorar lo que ocurre dentro de un libro, una serie, una película, una vida. Es como cuando miras desde fuera de una pecera y eres capaz de ver cambios, comportamientos o rutinas de los peces que allí nadan. Desde su interior, seguramente, los mismos peces no apreciarían la realidad de manera similar.
Los testimonios de personas alrededor del páter también quedan reflejados y acreditados por el profesor Domínguez desde diversas experiencias como la que, desde un ámbito opuesto y lejano —el mío—, puedo aportar al no profesar la fe católica, pero sí entender y aceptar que hay compromisos humanos que gozan de mayor trascendencia que los que cualquier religión pueda ofrecer. 
En uno u otro sentido, religioso y existencial, el padre Huidobro y su sacrificio bien pudieron dar fe con el ejercicio de valores y virtudes heroicas. Ahora, es nuestro deber recordar aquellas gestas que hombres como él llevaron a cabo en vida en beneficio de su prójimo.