La crisis inmobiliaria salta a la pequeña pantalla

'La arquitecta' es una miniserie noruega que hace un ejercicio de denuncia social contra una de las tendencias más preocupantes en la actualidad: la emergencia habitacional

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No cabe duda de que el cine ha sido cauce de advertencia sobre ciertos fenómenos sociales. A modo de ejemplo, Philadelphia (1993), en la que la actuación de Tom Hanks le valió su primer Oscar a Mejor Actor, seguramente humanizó a los afectados por el VIH. O Los gritos del silencio (1984) sirvió para, al contrario, proyectar a los espectadores la deshumanidad con la que actuaban los jemeres rojos cuando se hicieron con el poder en Camboya en 1975.

La arquitecta (2023) es una miniserie noruega que hace el mismo ejercicio de denuncia social contra una de las tendencias más preocupantes en la actualidad: la emergencia habitacional. La trama es sencilla: una joven arquitecta trabaja en un estudio como becaria al que lleva un concurso para construir 1.000 viviendas en el centro de Oslo. Todos se devanan los sesos: ¿cómo hacerlo en una zona donde no se puede construir? A nuestra protagonista, víctima de la dificultad severa para acceder a una vivienda, se le ocurre una gran idea, aunque… ¿Realmente es una buena idea?

En apenas una hora de duración dividida en cuatro episodios, la creadora y directora Kerren Lumer-Klabbers, que apenas ha superado la treintena de edad, firma una sencilla historia sobre un futuro distópico no tan futuro distópico. Como siempre, la realidad supera a la ficción. El gran protagonista es la actualidad misma: la vivienda se ha convertido en un producto sólo disponible para los más pudientes. De hecho, Julie, nuestra joven personaje principal, no es la única en esta situación de desamparo habitacional que le obliga a vivir en condiciones infrahumanas. Otros comparten esta desgracia. La mayoría de ellos jóvenes, por cierto, o familias con niños.

La directora noruega, de hecho, en una de sus entrevistas en los márgenes de la edición de 2023 del Festival de Berlín, donde recibió el premio a la Mejor Serie, comentó que una de sus «musas» para idear esta historia fue… Que muchos de sus amigos contaban 30 años o más y aún vivían con sus padres. Además, a lo largo de sus cuatro episodios se tratan también otros asuntos de fuerte calado social hasta el punto de que La arquitecta puede alcanzar la condición de fábula moderna con multitud de enseñanzas y moralejas: la precariedad laboral, la amistad, el dilema moral entre el bien común y el bienestar personal, el debate sobre el fin funcional o exclusivamente artístico de la arquitectura, el capitalismo sin rostro humano, la soledad, los excesos de la digitalización…

A pesar de que el mundo futurista diseñado por la noruega se acerca al porvenir tecnopesimista de Black Mirror (2011), La arquitecta es una llamada de atención sobre una cuestión del presente que, de cumplirse las previsiones de los próximos años, puede que nuestra realidad se convierta en esta descorazonadora serie de ciencia ficción. Está en la plataforma Filmin.

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