Ola de calor

Este mes nos adaptamos a la ola de calor que viven la mayoría nuestros lectores con una selección fresquita —¡que no tiene por qué ser sinónimo de frívola!— de textos publicados en junio

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Aunque en la isla de Haleakaloha estamos acostumbrados a las temperaturas tropicales, este mes nos adaptamos a la ola de calor que viven la mayoría nuestros lectores con una selección fresquita —¡que no tiene por qué ser sinónimo de frívola!— de textos publicados en junio.

Una piscina es el lugar ideal para refugiarse de las altas temperaturas. En Ideas, el suplemento cultural de La Gaceta, Isaac Martín recuerda a uno de mis narradores favoritos de corta distancia, John Cheever, y a su famoso cuento El nadador, adaptado al cine en 1968. Un chapuzón agridulce en la América de los suburbios que «testimonia una melancolía oculta, el reverso del progreso, un deseo que no se cumple». En esta ocasión, mi recomendación es triple: cuento, película y artículo.

La banda sonora perfecta para surfear la ola nos la trae Rafael Cabiedes aquí, en LA IBERIA: los Beach Boys. Brian Wilson, nos dice, «no tuvo la personalidad de un Jagger, ni la facilidad para recorrerse el mundo sobre escenarios de un McCartney, pero sí tuvo la brillantez de ambos. Fue un músico de leyenda que, a día de hoy, sigue retrotrayéndonos a unas costas a las que no hemos ido, a unas olas que no hemos tomado con unas armonías únicas que sólo nos invitan a disfrutar. ¿Cómo sería un mundo de veranos eternos?».

Hughes ya ha pasado varias veces por esta sección hablando, más o menos, de moda. Más o menos, digo, porque con cada prenda -medio en broma, medio en serio- nos cuenta cosas con mucha miga sobre la sociedad y sus costumbres. Esta vez, en La Gaceta, se atreve con las bermudas; no las del triángulo, sino las que llegan hasta las rodillas. «Esa liga de elitistas reformistas del vestir varonil acabó en el pantalón corto, que es lo mismo en que, más o menos, y sin tanta reflexión, se ha acabado en España un siglo después. Seguro que Tocqueville escribió algo al respecto».

De un lugar árido y ventoso, el Sáhara, nos habla Ricardo Ruiz de la Serna en Alfa y Omega. Lo hace a propósito de la recién editada Biografía del Sáhara Español, de Andrés López-Covarrubias, que tiene una pinta estupenda. Las pinceladas que nos ofrece sobre los últimos días de presencia española en aquel territorio resultan patéticas, tanto en el sentido tradicional de la palabra como en el más moderno.

Cierro con más calor, pero calor humano. Un texto que me ha emocionado: el que le dedica Esperanza Ruiz a Antonio O’Mullony, impulsor de esta cabecera. Se titula Algunos hombres buenos. Yo lo habría escrito peor que Esperanza, pero bastante parecido en fondo, porque mi experiencia es similar.

Ya saben: hidrátense, pónganse a la sombra, no salgan en las horas centrales del día y lean buenos artículos, que los malos dan bochorno.

 

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