Cuando las mal llamadas vacunas contra el virus comenzaron a ser una realidad, el mensaje oficial consistía en afirmar que la consecuencia directa de su aplicación era la inmunidad. «No te vas a contagiar si recibes estás vacunas», llegó a afirmar Joe Biden en un programa de la CNN. Esa intervención y muchas similares de Fauci (su Fernando Simón), Kamala, Gates y otros políticos estadounidenses quedan recogidas en el vídeo —mientras siga visible— que abre este artículo. Fueron precisamente esos servidores públicos de los Estados Unidos quienes primero utilizaron de manera monolítica la narrativa de la inmunidad.
Con el paso del tiempo, el relato cientista de que la inoculación suponía no volver contagiarse va quedando aplastado por la realidad científica de que inocularse no evita el contagio ni contagiar. Tampoco enfermar ni, llegado el caso, morir. Ni siquiera con eso de las dosis de refuerzo, algo totalmente novedoso en lo que a la vacunación vírica se refiere. Algo novedoso como tantas cosas en esta historia…
Más allá de la enfermedad en cuestión, la realidad científica, la experiencia, va evidenciando que las vacunas, además de ser poco eficaces contra el virus, son peligrosas y nocivas para la salud de quien se inocula y que, de manera aún más flagrante a ciertas edades, no existe justificación alguna para someterse al tratamiento. Un tratamiento oficialmente experimental, por cierto, que ningún médico prescribe con su firma y del que no se hace responsable ninguno de los laboratorios que se lucran con el mejunje. Todo, sin entrar en asuntos espirituales y morales, superiores en importancia.
A pesar de las pruebas, de que todos conocemos a alguien a quien, como muy poco, no le sentó bien el pinchazo, de la proliferación de muertes repentinas, de tantos deportistas de élite que caen desplomados en medio de partidos, de los que se han visto obligados a retirarse, como Agüero, y de los que han fallecido. A pesar de todo ello, que en otros tiempos abriría informativos, el relato, lejos de haberse relajado, es cada día más agresivo sobre la imposición del pasaporte de vacunación. Es decir de la vacuna obligatoria de hecho. Es decir de la segregación de quienes no pasen por el aro.
Ante la evidencia, innegable a pesar de los primeros esfuerzos de los políticos y los constantes de los grandes medios de comunicación, Biólogos por la verdad ha reunido 20 estudios que reportan efectos adversos de las vacunas. Según ellos, que sí son científicos, «más que suficientes para declarar el pasaporte COVID como una imposición criminal al someter a la población a un experimento, sin garantía ni demostración científica de que tenga algún tipo de beneficio».
1 Complicaciones cardiovasculares de las vacunas SARS-CoV-2: una visión general. (Enlace)
2 Imagen e histopatología en un hombre joven que presenta miocarditis linfocítica fulminante y choque cardiogénico después de la vacunación del ARNm. (Enlace)
3 La miopericarditis aguda después de la inyección intravenosa de la vacuna de ARNm COVID-19 difiere de la miocarditis viral. (Enlace)
4 Aumento significativo de riesgo de miocarditis/pericarditis aguda después de la vacunación de Comirnaty (Pfizer) entre los adolescentes chiso, especialmente después de la segunda dosis. (Enlace)
5 Miocarditis asociada a la vacunación contra la COVID-19 en tres hombres adolescentes. (Enlace)
6 Encefalitis autoinmune después de la vacunación ChAdOx1-S (AstraZeneca). (Enlace)
7 Reactivación de la vasculitis IgA después de la vacunación contra la COVID-19. (Enlace)
8 Trombocitopenia inmune trombótica complicada inducida por vacunas a largo periodo: informe de un caso. (Enlace)
9 Un pre-print sobre: Síndrome del «mimetismo de Covid-19 inducido por la vacuna»: dan lugar a variantes de proteínas Spike que pueden causar eventos tromboembólicos en pacientes inmunizados con vacunas basadas en vectores. (Enlace)
10 La tiroides como objetivo del síndrome de autoinmunidad/inflamatoria adyuvante a causa de la vacunación SARS-CoV2 basada en ARNm: de la enfermedad de Graves a la tiroiditis silenciosa. https://link.springer.com/article/10.1007/s40618-021-01707-0
11 Un caso de Púrpura trombocitopénica idiopática después de la dosis de refuerzo de la vacuna BNT162b2 (Pfizer-Biontech) COVID-19. (Enlace)
12 Parálisis de piernas después de la vacunación de AstraZeneca COVID-19 diagnosticada como amiotrofia neurálgica del plexo lumbosacro: informe de caso. (Enlace)
13 Miopericarditis con disfunción ventricular izquierdo significativo después de la vacunación contra la COVID-19: informe de caso. (Enlace)
14 Foveolitis aguda después de la vacunación contra la COVID-19. (Enlace)
15 Neumonía eoxinofílica aguda después de la vacunación de vacunas ARNm COVID19: informe de caso. (Enlace)
16 Psicosis aguda a causa de la encefalitis del receptor anti-M-metil D-aspartat después de la vacunación contra la COVID19: informe de caso. (Enlace)
17 Miocarditis y pericarditis en asociación con la vacunación de ARNm COVID19: casos de un centro regional de farmacovigilancia. (Enlace)
18 Trombosis del seno venoso cerebral después de la vacunación de ARNm BNT162b2 COVID19. (Enlace)
19 Estado migrañoso: una posible reacción adversa a la vacuna COVID-19 de Comirnaty (BNT162b2, BioNtech / Pfizer): informe de caso. (Enlace)
20 Comentarios de: las trombosis post vacunación: La proteína Spike podría ser la responsable de la trombosis y la trombocitopenia mediada por anticuerpos. (Enlace)