Don Rafael Sánchez Saus es Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz. Ha sido Rector de la Universidad CEU San Pablo y ahora Rector Honorario. Miembro de la Real Academia de la Historia, de la Asociación Católica de Propagandistas, de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia y de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, entre otros cargos significativos. Su labor crítica e investigadora continúa desarrollándose tanto a través de nuevos libros (acaba de terminar uno de manera muy reciente sobre la nación española y su formación a lo largo de la historia) y artículos académicos, así como a través de sus columnas semanales en las ocho cabeceras del Grupo Joly, grupo líder de prensa en Andalucía. En todo ello, don Rafael muestra su pasión y su compromiso por actualizar y plasmar su mirada crítica en cada uno de sus lectores. Su protagonismo para y con la historia lo trae hoy aquí, a La Iberia.
¿Qué es para usted la Edad Media occidental? ¿Qué es lo que más destacaría de este período?
La Edad Media occidental admite muchas definiciones, según el elemento que primemos. Puede ser el tiempo del feudalismo como sistema político y social; el tiempo que media entre la descomposición política del Imperio Romano y la plena constitución de las monarquías nacionales; el tiempo de la Cristiandad como núcleo de una nueva civilización que reúne los legados de Roma, Jerusalén y Atenas, más la aportación germana o eslava, según los lugares. Esto último, sin duda, es lo más importante.
Estamos observando un resurgimiento del interés por esta época en ciertos sectores de la sociedad, especialmente en la cultura y en el ámbito académico. ¿A qué cree que se debe este interés renovado?
La Edad Media lleva mucho tiempo de moda, pese a la mala imagen que de ella siguen proyectando los medios de masas e incluso los libros de texto. Los motivos son muy variados, desde la percepción de que nos encontramos ante un proceso de decadencia que a muchos les retrotrae al de Roma, a la seducción que, en esta época de crudo materialismo, ejerce un tiempo que se presenta como regido por los más altos ideales.
¿Qué obra y qué figura cree que aglutina mejor los valores y saberes de la Edad Media latina?
La Edad Media es tan larga y diversa que no es posible ceñirnos a un único personaje. Para la Alta Edad Media podríamos quedarnos con san Isidoro, san Benito o san Gregorio Magno. Para la Plena Edad Media, san Bernardo, san Luis de Francia, san Francisco y santo Tomás de Aquino, además del emperador Federico II de Alemania o nuestro Alfonso X. Para los tiempos finales, Dante, que enlaza la plenitud medieval con la Baja Edad Media, Ramón Llull e Isabel la Católica.
Elementos como la fidelidad, la jerarquía, el honor, un enorme humanismo, la Cristiandad, el desarrollo y papel de las abadías y las catedrales, las universidades, etc., son elementos que han sufrido mucho cierta leyenda negra, especialmente una vez se han relacionado con la idea y figura de España y su historia. Desde su puesto de profesor, ¿cómo considera que eso ha afectado a los jóvenes que encaran estos días una carrera universitaria de historia o de humanidades?
España como realidad histórica incontrovertible, e incluso como nación, se hace en la Edad Media, concretamente como resultado de la Reconquista y de la inmediata repoblación de los territorios conquistados. La imagen de la Edad Media afecta mucho, por tanto, a la de los orígenes de España, aunque el acento suela ponerse en el Siglo de Oro y el Imperio. Los jóvenes, en general, tienen un profundo desconocimiento de la realidad medieval de España, más allá de algunos tópicos sobre al-Andalus y el mito de las tres culturas. Evidentemente, esto afecta a su comprensión del país en el que han nacido y en el que han de vivir, de su historia y de su cultura.
En su opinión, ¿qué puede aprender la Europa actual de la Europa occidental de la Edad Media?
Si Europa aspirara de verdad a una unidad que fuera más allá de los resultados económicos y, al mismo tiempo, respetuosa con la diversidad interna, tendría necesariamente que inspirarse en la Cristiandad medieval y con el ideal de imperio que, en la visión de Dante, es la garantía de la unidad y de la paz. Pero hoy se ha impuesto un espíritu no ya laicista, profundamente anticristiano que, a la larga, hará naufragar el proyecto europeo.
¿En qué está trabajando estos últimos días?
Acabo de terminar un libro sobre la nación española y su formación a lo largo de la historia. Una especie de resumen de la historia de España bajo esa clave de comprensión. Y ahora empiezo a trabajar en algo que me produce una enorme ilusión: la segunda edición, revisada y aumentada, de «Linajes sevillanos medievales», un libro al que mi carrera académica debe mucho y que se publicó en 1991.
Una pregunta muy personal. ¿Qué lectura recomienda siempre que puede?
Si se trata de obras medievales o sobre la Edad Media, «La Divina Comedia» como obra de creación, y «Los Reyes Malditos», de Maurice Druon, como novela histórica. De los contemporáneos, Jünger y Gómez Dávila. De los más cercanos, a Aquilino Duque y a Enrique García-Máiquez. Y, siempre, a nuestros clásicos.