Durante la marcha ‘Defeat the Mandates’ (Derrotemos los mandatos), la más importante por la verdad de las restricciones y las vacunas celebrada hasta la fecha que tuvo lugar ayer en Washington, los médicos participantes leyeron su Declaración COVID, que ya cuenta con el apoyo de más de 17.000 firmantes entre médicos y científicos médicos leales al juramento hipocrático frente a las políticas médicas impuestas con un virus como excusa.

El texto, impulsado por el Dr. Robert Malone, pasó a ser un manifiesto fundamental en la defensa de la verdad frente a la narrativa imperante tras la aparición del propio inventor del mRNA en el programa de Joe Rogan, que supuso un verdadero punto de inflexión que multiplicó las adhesiones. Desde entonces, miles de médicos y científicos médicos se han unido a sus colegas de todo el mundo para firmar la llamada Declaración de los Médicos.

Ahora, con más de 17.000 firmas confirmadas a través de un riguroso proceso de validación, el grupo de profesionales que apoya el manifiesto es más numeroso que el formado por los trabajadores del CDC, la NIH y la FDA.

La declaración se sostiene sobre tres principios fundamentales:

  1. Los niños sanos no deben estar sujetos a la vacunación forzosa: el COVID supone un riesgo insignificante para ellos, mientras que se enfrentan a un riesgo potencial permanente e irreversible para su salud si se vacunan, incluido el daño cardíaco, cerebral, reproductivo y del sistema inmunológico.
  2. La negación de la inmunidad natural ha prolongado la pandemia y ha restringido innecesariamente la vida de las personas recuperadas. Las mascarillas, los confinamientos y otras restricciones han causado un gran daño, especialmente a los niños, y han retrasado la transición del virus a un estado endémico.
  3. Las agencias e instituciones de salud deben dejar de interferir en la relación médico-paciente. Los formuladores de políticas son directamente responsables de cientos de miles de muertes como resultado de la interferencia institucional y el bloqueo de tratamientos que han demostrado curar a una tasa cercana al 100% cuando se administran en una fase temprana de la enfermedad.

Los firmantes de la declaración han resistido incentivos financieros, amenazas, censura sin precedentes y ataques a la reputación para seguir comprometidos con la salud y el bienestar de los pacientes. Al juramento hipocrático. Dicho de otra manera, después de 23 meses de investigación, millones de pacientes tratados, cientos de ensayos clínicos realizados y datos científicos compartidos, y tras demostrar y documentar su éxito en la lucha contra el COVID-19.

Firmas cotejadas

Cada una de las más de 17.000 rúbricas de la declaración ha pasado un proceso de verificación antes de ser identificada oficialmente como respaldo del documento. Para ello, los signatarios han tenido que proporcionar su afiliación y un enlace a su organización médica o perfil. Las enfermeras, el resto del personal sanitario y los científicos que no son médicos se eliminan de la lista de firmantes, al igual que las entradas duplicadas y los perfiles considerados bots. Los correos electrónicos de los firmantes han sido probados y verificados por separado y repetidamente por un proveedor externo.