BlackRock no sólo es el fondo globalista por antonomasia, el principal gestor de activos del mundo: si fuese un país, ocuparía el tercer puesto del ranking económico global, por detrás de los Estados Unidos y China. Con 12,52 billones de dólares en activos al cierre del segundo trimestre de 2025, ya administra una riqueza superior a la del PIB de casi todas las economías del planeta, incluida la alemana, la japonesa, la india o la española.
El dato, publicado por la propia entidad, pone en perspectiva el gigantesco poder financiero que ha adquirido la compañía dirigida por Larry Fink, impulsada por la deriva globalista de la economía del planeta. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha servido para mantener la tendencia. El volumen gestionado equivale a más de un 43% del PIB de los Estados Unidos, estimado en unos 29 billones de dólares para este año, y a entre el 64% y el 68% del PIB de China, que se mueve en torno a los 18,5-19,5 billones.
La comparación con Europa resulta aún más llamativa. Alemania, la principal economía del continente, tiene un PIB de unos 4,5 billones de dólares, ampliamente menos de la mitad de lo que administra BlackRock. Lo mismo ocurre con Japón (4,1 billones), India (3,9 billones) y España, cuyo producto interior bruto se estima en 1,7 billones de dólares en 2025. En este último caso, el fondo estadounidense administra una cantidad más de siete veces superior al total de la economía española.
Poder implacable
Aunque BlackRock no genera ese volumen de riqueza como lo hace un país (a través de producción, consumo o exportaciones), el dato da idea de su capacidad de influencia global. La gestora administra fondos de inversión, planes de pensiones, ETF y carteras institucionales de gobiernos, bancos centrales y grandes patrimonios de todo el mundo. Su peso es tal que algunas de sus decisiones de asignación de activos tienen efectos inmediatos en bolsas, bonos y divisas.
En la primera mitad de 2025, con la nueva administración asentada en Washington, la firma captó más de 152.000 millones de dólares en entradas netas, lo que ha contribuido al récord de activos. Sus ingresos crecieron un 12,2% y el beneficio neto alcanzó los 3.103 millones en seis meses.
Economía paralela
El globalismo, en su vertiente financiera, supone la consolidación de grandes gestoras de inversión como actores supraestatales en la economía mundial. BlackRock, Vanguard, Fidelity o State Street manejan más activos que el PIB de la mayoría de los países que favorecen su expansión a costa de la estabilidad financiera nacional y el porvenir de las familias. No responden a electores, sino a accionistas enormes y otros intereses, algo a lo que tienden cada vez más los gobiernos nacionales, siervos a su vez de estos gigantes.