España dejará de ser un país de bares

Desde 2010, el número de bares ha caído de 202.720 a 163.890. Uno de cada cinco ha desaparecido

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Pocas imágenes reflejan mejor la identidad cotidiana de España que las terrazas llenas, los desayunos antes del trabajo, los cafés de media mañana o los partidos de fútbol entre amigos. El bar aquí, como el pub en Irlanda o el Gran Bretaña, es punto de encuentro, tertulia y refugio social.

Esa España, sin embargo, la costumbre empieza a cambiar. En los últimos quince años, se han perdido decenas de miles de locales y el mapa hostelero ya no se parece al de comienzos de siglo. Desde 2010, el número de bares ha caído de forma constante. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España contaba entonces con 202.720 bares. En 2024 la cifra se redujo a 163.890, lo que equivale a una pérdida de un 19,15%, cerca de 40.000 locales menos. Uno de cada cinco.

El INE considera «establecimientos de bebidas» a bares, tabernas, cervecerías, cafés, bares de copas y discopubs, entre otros. Todos ellos han sufrido el mismo proceso: una lenta desaparición que se ha extendido por toda la geografía española.

Del bar al postureo

De los bares a los restaurantes

Mientras los bares cierran, los restaurantes de diseño, que exigen reserva, abren. En 2010 había 71.818 restaurantes en España; en 2024 son 83.714, un aumento de casi 12.000 establecimientos. Este grupo incluye desde restaurantes tradicionales hasta locales de comida rápida, cafeterías, autoservicios y negocios de comida para llevar.

El cambio refleja nuevas costumbres de consumo. Los españoles salen menos, pero gastan más por ocasión. El bar pierde su papel de rutina diaria y el restaurante gana terreno como experiencia ocasional o de fin de semana.

Otro fenómeno en alza es el de los servicios de cátering y la comida preparada para eventos. La hostelería española se diversifica, empujada por el auge de la comida a domicilio, las celebraciones privadas y los eventos corporativos. El modelo de negocio tradicional de bar de barrio, barra de café y caña convive con cadenas de restauración, franquicias y modelos híbridos.

Cambio social

El balance general es negativo. El número total de establecimientos dedicados a la restauración y las bebidas ha caído en 20.132 negocios desde 2010. El crecimiento de restaurantes y caterings no compensa la desaparición de bares. El resultado es un sector más concentrado, más competitivo y más orientado a la restauración que al ocio informal.

La oferta hostelera española sigue siendo una de las más densas del mundo, pero su composición ha cambiado. El bar, símbolo de sociabilidad y cercanía, de comunidad, cede espacio a otros formatos más estructurados y profesionalizados.

La España de las tabernas y las terrazas sigue viva, pero ya no crece. En su lugar, surge una nueva cultura gastronómica, más globalista, fácil de encontrar en cualquier otra gran ciudad del mundo, más digital y más orientada más a la «experiencia» que al encuentro.

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