Está sucediendo ahora mismo. LA IBERIA le trae una noticia en pleno desarrollo. Mientras usted lee esto, hay un destacamento de vikingos que se han hecho fuertes en las almenas de un palacio. Se trata de hombres de la guardia varega, que protegían a los emperadores bizantinos. Son unos quince. Van armados de lanzas y hachas, visten cascos y cotas de mallas que, junto a los escudos coloridos y las fortificaciones, los mantienen a salvo de las flechas. Han tomado las alturas del palacio porque en Constantinopla se acaba de cometer un magnicidio. Los paulicianos, antecesores de los bogomilos, y los iconódulos, opuestos a los iconoclastas, se han confabulado para dar muerte al emperador León V el Armenio, que se sienta en el trono desde el 813. En esta Nochebuena del año 820, el emperador ha sido asesinado por orden de Miguel, general de su confianza y jefe de la guardia imperial. Ahora sus verdugos arrastran el cadáver desde la puerta de Skyla hasta el Hipódromo cubierto. Por lo que pudiera pasar, los varegos se han hecho fuertes con las hachas en la mano hasta que el temporal amaine. Ahí siguen alerta, más de once siglos después, en la exposición Un universo de imágenes: el Skylitzes Matritensis, que puede verse desde el pasado 6 de junio y hasta el 26 de octubre en la Biblioteca Nacional de España.

La ilustración que muestra este episodio se debe a un miniaturista bizantino que reprodujo los colores y las texturas del palacio. El rosa, el marrón y el azul evocan los distintos tipos de mármoles de la residencia de los emperadores romanos de Oriente. Es una de las bellísimas miniaturas del Skylitzes Matritensis, que es como se llama el códice que, con la signatura BNE, VITR/26/2 atesora la Biblioteca Nacional y cuyas ilustraciones pueden contemplarse ahora. Se trata de un manuscrito que —como leemos en el pequeño y erudito catálogo cuyo texto debemos al profesor Castiñeiras González, comisario de la exposición junto a Inmaculada Pérez Marín y Stefanos Kroustallis— se realizó en Sicilia a mediados del siglo XII y contiene la «Synopsis Historiarum», que es «un compendio de crónicas en griego compuesto en la década de 1080 por Juan Escilitzes, un jurista que, durante el gobierno del emperador bizantino Alejo I Comneno (1081-1118) desempeñó varios cargos en la corte imperial».

La muestra se divide en cuatro secciones temáticas: Bizancio y el mundo; El culto a las imágenes; Ceremonia, espectáculo y procesiones en Constantinopla; y Mujer y roles de género. Todas ellas acogen los bifolios correspondientes, que permiten apreciar los procesos de elaboración y coloreado de las páginas. No siempre puede uno ver estos pliegos de dos folios doblados por la mitad y que, cosidos, forman cuadernos que se nombran según la cantidad de bifolios que los forman (binión, ternión, etc).

Gracias a este códice, podemos viajar a la Constantinopla de los siglos IX, X y XI porque la crónica comprende el periodo que va del 811 al 1057. En sus páginas no falta de nada: hay milagros, asesinatos, conspiraciones, batallas, embajadas de califas, fuego griego que arde sobre el agua, imágenes prohibidas y hasta un rostro no pintado por manos humanas. Así, a Romano III Argiro lo asesinan en los baños del palacio imperial. El califa al Ma’mun envía una carta al emperador Teófilo por medio de unos emisarios que visten túnicas rojas. El emir de Trípoli manda al emperador una embajada cuyos turbantes blancos contrastan con el azul y el rosa de los ropajes. Las hijas de la emperatriz Teodora, que es iconódula y, por tanto, rinde veneración a los iconos, nos abren la puerta de la casa de su abuela, donde podemos verlas en plena devoción. La madre del futuro Basilio I sueña que su hijo será emperador porque lo ve en lo alto de un deslumbrante ciprés dorado. Un varego intenta violar a una mujer, que lo mata, y sus compañeros, al conocer el miserable acto, le entregan a la víctima todas las posesiones del difunto. La caballería bizantina pone en fuga a los búlgaros presagiando la victoria de Basilio II Porfirogéneta (958-2015), que se ganó el terrible apodo de «bulgaróctonos», «matador de búlgaros».

En esta exposición podrán verse 24 bifolios del manuscrito: un primer conjunto de 12 bifolios hasta el 15 de septiembre, y un segundo grupo de bifolios entre el 17 de septiembre y el 26 de octubre de 2024.

Así que ya saben: si caminan usted estos días por el paseo de Recoletos y pasan por la Biblioteca Nacional de España, vayan con cuidado. A poco que se asomen a la antesala del salón de lectura María Moliner puede aparecer un vikingo del siglo IX asomado a una almena. Si lo ven, deténganse a admirarlo.