Cuando un votante de derecha hablaba hace veinte años del Partido Popular pensaba en un partido patriota, liberal-conservador que gestionaba bien, que hacía posible que la economía creciese, que defendía la igualdad ante la ley y denunciaba los privilegios “históricos” de las regiones. Luego ha pasado a ser en los medios y, por ende, en buena parte de la opinión pública, el partido de la corrupción, un cementerio de elefantes, el heredero del franquismo que viene a privatizar hasta el aire que respiramos. No importa que los datos nieguen todas estas acusaciones, aún sigue sin saber dar la batalla cultural, se limita a pedir perdón en los platós de los que mandaron a rodear sus sedes en jornada electoral.

¿Cuál es el verdadero PP? Hoy no lo saben ni en el partido. Después de dejar que las televisiones y radios, en manos de oportunistas, socialistas, comunistas y separatistas, se hayan pasado 20 años demonizándolo, soltando disparates e injuriando a sus alcaldes, presidentes autonómicos y nacionales hasta llevar a algunos a la muerte, la cúpula ha decido que lo mejor es pasarse al género fluido.

¿Y qué significa ser Genderfluid? Significa que una noche te acuestas sacando a millones de españoles a la calle por el cruel secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco y al día siguiente te levantas llamando “radical” a Ortega Lara, yendo a la peluquería de una miembro de Bildu, diciendo “todos y todas”, hablando de desigualdad de género, suplicando al lobby LGTBI ―escribe un gay―, defendiendo las singularidades e identidades regionales, aceptando la inconstitucional Ley de Violencia de Género, pidiendo una Ley de Pandemias que dé plenos poderes al mayor sátrapa de la democracia, asuntando a los ciudadanos con el cambio climático que denuncia una niña sueca sin estudios…

No ha cambiado el electorado, ha fluido el género del PP

Cuando parte de sus electores cambian su voto por haber tirado una mayoría absoluta histórica al retrete que pudo cambiar España, haber abandonado los principios que defendía e impedir a los ciudadanos salir del marco mental que impone el PSOE y sus medios vasallos, los populares entran en cólera y atizan sin miramiento a todas aquellas personas que un día les dieron poder, sillones, sueldazos, retiros dorados o dietas.

¿Es oposición el PP? La respuesta nos la da su ataque feroz a VOX, una reacción que no ha provocado nunca el partido y los medios que pusieron sobre la mesa 200 cadáveres días antes de las elecciones de 2004. Un desprecio y un odio que no ha recibido el partido que lo echó a patadas del poder en 2018 manipulando una sentencia. Es decir, sólo saca la valentía cuando ve perder los sillones en el que era su espectro ideológico. Prefiere cambiar sus ideales para no perder los cortijos a cambiar el país.

Del mismo modo que el charrán pasó a ser gaviota, porque lo asume La Gente© que no le perdonará nunca la existencia, el PP ha asumido que su género se identifica con un PSOE joven que pierde el sentido común cuando pierde el poder.

Los votantes liberales y conservadores del PP y de VOX son conscientes de que hará falta el entendimiento entre ambos partidos, no consideran enemigos a compatriotas que, en líneas generales, defienden lo mismo: España y la libertad. Pero Génova 13 aún no se ha dado cuenta de este pequeño detalle, no entiende que o gobierna con el partido verde y sale del marco mental socialista o solo le queda terminar el proceso de transición a un PP genderfluid, aliade, ecofeminista y antifascista.

Si Fraga levantara la cabeza…

BECAES
Gaditano hispanófilo. Investigador autodidacta. Divulgador cultural y de la historia de España en RRSS y digitales. Batallador infatigable contra la Leyenda Negra y la hispanofobia. Liberal por la gracia de la razón.