Lo que se está conociendo en el mundo anglosajón como Twitter Files (los archivos de Twitter) son un conjunto de informaciones que hacen temblar los cimientos de la sociedad de la hiper información que hemos vivido en el Siglo XXI en el Mundo Occidental. En las últimas horas y días, se ha revelado información que directamente hace temblar todo el sistema económico-político-mediático de nuestra sociedad post-capitalista, y que, en consecuencia, dada la profundidad de la implicación y de la corrupción del sistema, sólo se han hecho eco dos grandes medios de los Estados Unidos: uno de ligera disidencia al sistema como FOX, y otro de disidencia abierta al sistema como New York Post. El resto recetan silencio para su propio mal.

Tan grave es la situación, que el protagonista de todo este giro dramático de los acontecimientos, Elon Musk, ha tenido que advertir que: «Si me suicido, no será real»; en medio de un fuerte reforzamiento de sus medidas de seguridad tras los casos de Assange, Snowden, McAffe y otros precursores intentando denunciar la gran farsa que estamos viviendo en los últimos decenios en cuanto a libertad de información y de sociedad libre e informada se refiere, y que se ha acrecentado con el enorme poder que adquirieron las BigTech tras su proceso de expansión y de fusiones y de compras hostiles permitidas por los estados y organizaciones supra-nacionales como la Unión Europea, en procesos de prácticas monopolísticas.

El protagonista reciente es Elon Musk, porque tras la compra de Twitter que se iniciaba en abril de 2022, y que se materializó de forma total (en acciones) y plena en la toma del control de la compañía a finales de octubre, ha demostrado en poco más de un mes que sus intenciones de dar un verdadero puñetazo encima de la mesa eran ciertas, y de que están emergiendo más aliados en la lucha por la libertad de lo que en un principio podíamos esperar.

En el mes de noviembre, además de despedir a la plantilla sobrante, despidió fulminantemente a Vijaya Gadde, una de las mujeres bienpagadas que más ha hecho por la cimentación de un Nuevo Orden Mundial (NWO) y que más ha trabajado contra la libertad como uno de los valores fundacionales de Occidente; reinstauró con unos pocos clicks el perfil de Twitter de Donald J. Trump (tras una encuesta en la que participaron 15.085.458 cuentas de la plataforma en la que ganó esa opción por cuatro puntos porcentuales), que en apenas 48 horas recuperaba los casi 100 millones de seguidores (aunque de momento se haya resistido acorde a su personalidad infantilona a volver a usarla); y ha empezado a revelar al gran público con el concurso de dos periodistas especializados los que ha denominado como Twitter Files, de los que en la primera entrega hemos sabido cómo se trabajó para ocultar la verdad sobre el ordenador portátil de Hunter Biden (hijo del actual inquilino de la Casa Blanca), un caso de interferencia máxima en las elecciones presidenciales en Estados Unidos de 2020, y cuya segunda entrega se está haciendo de rogar por las dificultades internas encontradas, en las que destaca la necesidad de despedir a Jim Baker, un oscuro personaje proveniente del FBI que se dedicaba a prohibir en Twitter lo que salía y no salía a la luz. Conexión FBI à BigTech à Partido Demócrata. Las Teorías de la Conspiración ya no son una teoría.

En España, una de las principales víctimas del NWO, se ha decretado silencio atronador sobre todo esto. Seguid leyendo La Iberia.