Hace unos días, Pedro Sánchez celebró que hoy «Euskadi y España son países libres y en paz». En apenas una frase, nueve palabras, el presidente del Gobierno amputó de España el País Vasco. Sin inmutarse, sin pestañear, dio carta de naturaleza a la reclamación histórica por la que ETA ha cometido cerca de 900 asesinatos: que esa región sea independiente del resto del territorio nacional.

«Países», en plural. Y se quedó tan ancho. Como no podía ser de otra manera, fueron muy criticadas las palabras del que se supone es presidente de todos los españoles, aunque parece que no se lo considera de los vascos, pertenecientes a otro «país». Sin embargo, como suele ocurrir, pasados unos días la indignación baja, la noticia es otra y que el presidente del Gobierno haya roto España en presencia de Su Majestad el Rey se olvida, como se olvidan tantas otras cosas.

El problema de esa sucinta frase no radica exclusivamente en «países» sino también «libres y en paz». ¿De verdad? La vida ya no está en peligro, pero ¿es verdad que se puede vivir libre y en paz en el País Vasco si no comulgas con determinadas ideas? ¿Se considera vivir libre y en paz en un lugar donde si piensas de cierta forma es mejor que no lo pregones demasiado porque te puede traer problemas? ¿Es vivir libre y en paz pasear por las calles de tu ciudad y tener que estar viendo las lonas que piden el acercamiento de los asesinos de tu vecino, tu padre, tu hermano, tu tío, tu abuelo? ¿Es vivir libre y en paz si te miran, te juzgan o te insultan por llevar la bandera de España en la muñeca? ¿Es vivir libre y en paz en un lugar donde tu Gobierno Autonómico se dedica a conceder terceros grados a los etarras a diestro y siniestro y promover sus excarcelaciones para que no cumplan las penas íntegras por los delitos que cometieron? ¿Es vivir libre y en paz ver cómo les homenajean a su salida de la cárcel como si fueran auténticos héroes?

No, en el País Vasco no se vive libre y en paz porque a base de tiros, ETA mató o condenó al exilio a cientos de miles de vascos que ahora no pueden vivir libres y en paz en su tierra. Porque ahora, que ya no pegan tiros, su ideología lo ha impregnado todo, está en las instituciones y va camino de gobernar la región. Porque los que justifican que se asesinara ahora son representantes públicos. Eso no es vivir libre y en paz.