Durante las dos últimas décadas, la crisis demográfica de Occidente se ha acelerado de manera drástica, ante la inacción generalizada de la inmensa mayoría de los gobiernos, con contadas excepciones más allá de Hungría, bajo el gobierno de Orbán, y Polonia, bajo el partido Ley y Justicia. Sobre la crisis y sus soluciones, acaba de celebrarse la IV Cumbre Demográfica en Budapest, con la presencia de unos 70 participantes de diversas nacionalidades, la mayoría de los países europeos.

El evento comenzó con la intervención de Katalin Novák, ministra de Familia húngara, en la que expuso la problemática y defendió que la crisis demográfica ha de solucionarse no con inmigración masiva, sino a través de políticas familiares que den la oportunidad a los europeos de tener los hijos que ellos deseen tener: “El futuro siempre depende de las decisiones de nuestros jóvenes que pueden cambiar cualquier tendencia, si así lo desean”.

Tras la apertura de Novák llegó el turno de los invitados. El primero en tomar la palabra fue el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, que destacó las relaciones de su gobierno con el Grupo de Visegrado (formado por Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa), especialmente en el marco de un posible ingreso de Serbia en la Unión Europea. Sobre la familia dejó una de las frases de la cumbre: “si pones una foto de tu perro en las redes sociales siempre tendrá más me gusta que si pones una foto de tu familia”.

Viktor Orbán y los líderes de Visegrado

Tras Vučić, llegó la intervención de Viktor Orbán —el primer ministro húngaro es padre de cinco hijos y abuelo de otros tantos nietos—, en la que remarcó la importancia del crecimiento económico para propiciar la efectividad de las políticas familiares. También arremetió contra los burócratas de Bruselas, por su intrusión en la soberanía nacional en cuestiones como el lobby LGTB o la inmigración. Frente los mandatos de la Unión Europea que nadie vota, recordó que él sí preguntó a su pueblo a través de consultas o referéndums nacionales. También dijo que el bloque de contención contra la relativización de la familia era la propia Constitución de Hungría, en la que se afirma que “el hombre es un padre y la mujer es una madre”.

Denunció la inacción de Occidente ante el problema y su elección de la vía “fácil” de la inmigración, incluso a sabiendas de las consecuencias que acarrea. En ese contexto, y en referencia a las palabras del mandatario serbio, insistió en el papel de los Balcanes, por su importancia geoestratégica, que considera clave para la seguridad de Europa.

Para concluir recordó un pensamiento constante bajo su acción de gobierno: “Aquí en Europa Central, reconocemos fácilmente las tendencias marxistas después de 40 años de comunismo. Estamos vacunados contra el virus del progresismo”.

Otros de los gobernantes de los países de Visegrado, Andrej Babiš, primer ministro de la República Checa, siguió al húngaro con un discurso más moderado, aun directo, en el que apuntó que la mejor solución para los inmigrantes ilegales son las ayudas en sus propios países. Enfatizó que las fronteras eficientes y bien protegidas, como las de Hungría, son vitales para la seguridad de cualquier país.

En consonancia con los demás intervinientes, centró su punto en que la familia es la clave y el elemento básico de cualquier sociedad: “Se debe hacer todo lo posible para que las familias puedan tener hijos. La inmigración masiva incontrolada no es la solución para prevenir la extinción de Europa”.

Mike Pence

También intervino el exvicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence. Su discurso, breve, presentó la encrucijada ante la crisis demográfica, que sólo presenta dos vías: la familia o la inmigración masiva. A lo que añadió que “elegir ambas sería lo mismo que no elegir ninguna”. Subrayó que vivimos “una crisis tras otra en el mundo occidental: crisis de salud, crisis económicas y crisis de confianza en las instituciones”, tras las que “finalmente ha llegado la crisis de las familias nucleares, cayendo en picado las tasas de natalidad”. También destacó cómo todas las naciones del Este permanecen orgullosas de sí mismas, cuando recordó que sin soberanía no hay democracia.

Representación mediterránea

También intervino la política francesa Marion Marechal, con un discurso centrado en los problemas franceses, que puede resumir en una afirmación: “Si continúan la tasa de natalidad y las tendencias de inmigración, los franceses serán una minoría en Francia para 2060. Eso es absolutamente impactante. Europa debe despertar antes de que esto se vuelva irreversible”.

No podemos acabar este resumen sin mencionar la representación española del evento con Jaime Mayor Oreja, exministro y actual presidente de la fundación Valores y Sociedad, que reconoció que “esta conferencia no podría haber tenido lugar en España, Italia o Francia. En la mayor parte del mundo occidental hemos desperdiciado puntos de referencia como la familia”.

El evento finalizaba con la firma por parte de Andrej Babiš, Janez Janša, Aleksandar Vučić, Viktor Orbán y Mateusz Morawiecki del compromiso de utilizar todos los recursos disponibles para permitir que las parejas, sobre todo las parejas jóvenes, puedan cumplir sus objetivos familiares.