No sé quién empezó el debate, pero fue Platero el que lo abrió a todo el grupo. El tema era si Dios ha elegido una persona para cada uno. O sea, si cada uno tiene una persona diseñada para casarse con él. Alguien dice que somos libres y no puede ser. Otro recuerda que Dios vive en un eterno presente: sabe con quién te vas a casar pero eso no te hace menos libre. Belén defiende con pundonor que Dios ha diseñado a una media naranja para cada uno. Al final el debate se estanca y alguien propone preguntarle a Munilla, que está muy activo en redes sociales. Le pregunto a través de X, pero no contesta. Eso sí, consigo varias respuestas interesantes.

Rojobilbao opina que semejante diseño chocaría contra nuestra libertad. JJ Jiménez-Lema coincide. Enrique García-Máiquez se resiste a dejarlo todo tan suelto: «Nos amó, se dice, desde la eternidad, y nosotros somos nuestra madre y nuestro padre». Le respondo que la chica que defendía esa postura estaba en clara minoría. Esto a García-Máiquez le confirma: «Si es en minoría, aumenta mi certeza. Ahora mucho más en su equipo».

Rubio Bueno aporta un punto de vista interesante: «Sé que el señor hizo lo posible para ponerla en mi camino, pues yo me enamoré a primera vista, han pasado 34 años y la amo como si fuera parte de mí. Dios me la presentó, yo elegí». Carla Restoy añade algo parecido: «El hombre teje y Dios sella». También recomienda el libro de José Fernández Castiella sobre el matrimonio. Fui a una charla con el autor pero llegué tarde y sólo pude comprobar que la gente salía entusiasmada. Así que es un éxito garantizado.

La aparición estelar corre a cargo de Zaldi, experto en temas amorosos. Recomienda un vídeo de un cura hablando de sexo. El título es clickbait, porque el cura tampoco dice nada picante. Pero aporta una idea reveladora: «Existe el hombre o la mujer de tu vida cuando acabas la vida con ella. Cuando se muere uno y el que se queda puede echar la vista atrás y puede decir con seguridad “éste era el hombre o la mujer de mi vida”». Zaldi dice estar de acuerdo y añade que «lo demás son pompas de jabón».

Mientras veo el vídeo mi madre pasa cerca, escucha al cura y se interesa en el debate. Dice que mi padre es el hombre de su vida. No hace falta que alguno de los dos se muera para saberlo. Sacamos el tema en la cena y mi padre aporta dos ideas interesantes. Dios tiene un plan y se funda en la libertad humana para llevarlo a cabo. A veces pensamos que el plan de Dios y nuestra libertad se enfrentan, pero es al revés. Además, cuenta que Pablo V prohibió en el siglo XVII el debate entre tomistas y molinistas sobre libertad y Gracia. Porque aquello se había enquistado. O sea que guay debatir, pero hay que evitar a toda costa el coñazo.

Ha sido un debate divertido. Mi conclusión es que tampoco importa mucho si Dios la elige antes o después. Lo importante para nosotros sigue siendo acertar. Antes y, sobre todo, durante el matrimonio. Hacer que esa persona sea el hombre o la mujer de tu vida aquí y ahora. Como decía un amigo: «Si vamos a estar juntos hasta la muerte más vale que esto sea una fiesta».