Roma no paga traidores es una expresión que suena a chino en España. Ningún otro país occidental invierte tanto ni premia tan bien a los enemigos declarados de la nación, dedicados diariamente a la su destrucción. Ayer conocimos que el Ministerio de Cultura, en manos de Iceta, ha concedido el Premio Nacional de Teatro a Juan Diego Botto, reconocido podemita que se dedica a insultar a la derecha. Detalle importante si tenemos en cuenta que el premio de 30.000 euros saldrá de los bolsillos de todos los españolitos de a pie, incluidos los considerados por el premiado como “fascistas”.

Juan Diego no se corta a la hora de afirmar en diarios digitales como ElDiario.es y en redes sociales que “el maestro del populismo es el PP”, que VOX es “la muy patriótica y nacional-católica extrema derecha” o que en nuestro país “violan a una mujer cada ocho horas”.

Acostumbrados a premiar la infamia

La sociedad civil oye, paga y mira para otro lado porque se ha acostumbrado al insulto permanente desde las instituciones. No sólo tiene que escuchar barbaridades del mundo del artisteo, además tiene que sacar la billetera y pagar el IVA trimestral para que estos ingratos personajillos puedan seguir recibiendo subvenciones.

Entre los numerosos socialistas, comunistas y separatistas hispanófobos premiados por el Estado se encuentran Cristina Morales (20.000 euros), escritora andaluza que expresó su “alegría” durante los graves disturbios en Cataluña porque había “fuego en vez de tiendas abiertas”. Xaime Martínez, Premio Nacional de Poesía Joven (20.000 euros), que declaró que dejaría la escritura en español para asumir el asturiano como lengua literaria porque “el Estado descuida la diversidad lingüística”. Xavier Ros (3000 euros por el Premio Rubio de Francia y 1.500 por el SEMA Antonio Valle), matemático que recibió a la infanta Leonor con un lazo amarillo separatista.

El Premio Cervantes (125.000 euros) es un clásico. Entre los galardonados se encuentran Joan Margarit, que animó a decidir si los catalanes quieren ser una Holanda o Dinamarca y dijo “me da miedo España desde los Reyes Católicos”. Juan Goytisolo, un promusulmán que negaba La Reconquista y la unidad de España. Una especie de delirante Blas Infante. Hoy también es noticia el nombramiento de Ciro Bianchi como jurado del Premio Cervantes, un “chivato de la dictadura sin currículum suficiente” según escritores cubanos exiliados.

En la lista también aparecen deportistas como Xavi Hernández, Premio Príncipe de Asturias (50.000 euros), que no llegó a ponerse colorado mientras aseguraba que “Catar no es una democracia, pero funciona mejor que España”. Todos sabemos qué papel está desempeñando Catar en la crisis de Afaganistán.

Las puertas giratorias y los retiros dorados

Entre todos estos premios incluyo las puertas giratorias como la de la exministra de Vivienda con Zapatero, Beatriz Corredor, actual presidenta de Red Eléctrica España, cuyo sueldo supera los 500.000 euros en plena indignación nacional por el tarifazo, destaca el retiro dorado de Artur Mas, responsable de la mayor sublevación de Cataluña en un siglo. El alumno aventajado de Jordi Pujol es el pensionista publico mejor pagado de España, con 7.662 euros mensuales (92.000 euros anuales).