A nadie sorprende ya que la derecha española salga al rescate del PSOE cada vez que gobierna y provoca una hecatombe económica y social que arrastra a millones de españoles a la absoluta ruina. Este partido pone las reglas, establece un marco mental con sus filias y fobias, y el centrodescentrado asume un papel de sumisa mejor que Anastasia en las Sombras de Grey.

Pero los españoles de a pie aún no sabemos a qué partido socialista se refiere. No sabemos si los liberales pata negra hablan del partido que provocó una Guerra Civil dando un golpe de Estado en el 34 tras la victoria de la CEDA, del partido que entregó las reservas de oro del Banco de España a la URSS, del que mandó a la motorizada a secuestrar y asesinar a Calvo Sotelo

Puede que se refieran al partido que llevó a cabo el terrorismo de Estado con los GAL, al de los escándalos de Roldán, exdirector general de la Guardia Civil, al de las crisis de González y la quiebra de Zapatero, al responsable del mayor caso de corrupción de la democracia, el caso ERE, con más de 700 millones de subvenciones destinadas a empresas con problemas dilapidados en chiringuitos, prostitutas y droga.

Puede que se refiera al que ha utilizado todas las desgracias posibles para llegar al poder. El que puso doscientos muertos encima de la mesa del PP después del mayor atentado de la historia de España y el segundo mayor atentado cometido en Europa. No sabemos si ese “partido de Estado” es el que utilizó el Prestige, el que montó un gran teatro por la muerte de un perro durante la crisis del Ébola, el que culpó a Madrid de las muertes en las residencias después de ocular información sobre la pandemia del covid19 y esperó a que pasara el 8M para tomar medidas…

Tampoco estamos seguros de que se refiera al partido que manipuló una sentencia para echar a Rajoy de la Moncloa con una moción de censura apoyada por terroristas, golpistas y chavistas.

Pasan los años y sigo sin saber cuál ese PSOE bueno que busca la derecha. Parece que solo pretende entrar en el reparto de chiringuitos, enchufados y subvenciones. Si algo están dejando claro “los patriotas centristas” es que no persiguen un cambio en España, sino mantener esta partitocracia corrupta que cambia de color con las crisis, pero que nunca soluciona los problemas de los españoles, al contrario.

Y no penséis que la culpa es solo de los partidos de derecha, esta complicidad con la banda socialista que más daño ha hecho a los españoles durante 142 años también impera en el periodismo, en el empresariado, en los votantes y militantes.

El único consuelo que nos queda a los que sabemos cómo acabará todo es que el PSOE sigue un camino que es incompatible con la democracia, un golpe al Estado de derecho que provocará una reacción seria. Su única salida es, como en la II República, destruir todo para implantar un régimen totalitario comunista. En el camino ya se han hecho con RTVE, EFE, el CIS, Renfe, Paradores, Patrimonio, Transparencia, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Correos, el Instituto Cervantes, Hispasat, Adif… y lo más grave, con la Fiscalía, la Abogacía, parte del Constitucional y del Supremo. En sus mentes está el control absoluto del CGPJ, la Ley de Seguridad Nacional que otorga plenos poderes a Sánchez y el silencio total del Legislativo con ayuda de los medios. A esos medios que podemos dar ya por perdidos porque, públicos, privados y concertados (subvencionados) están entregados voluntariamente al cambio de régimen y su credo es lo que diga esta banda sin escrúpulos capaz de vender el país que les da de comer.

El PSOE no tiene cabida en democracia porque no cree en la democracia. Inocula Leyenda Negra porque esos adoctrinados se convierten en los socios necesarios para conseguir el poder cuando la mayoría de los españoles confía en la derecha liberal, esa otra banda que necesita un artículo para ella sola. El próximo será.

BECAES
Gaditano hispanófilo. Investigador autodidacta. Divulgador cultural y de la historia de España en RRSS y digitales. Batallador infatigable contra la Leyenda Negra y la hispanofobia. Liberal por la gracia de la razón.