El ecumenismo no es «prudencia»

La nota doctrinal sobre algunos títulos marianos (7 de octubre de 2025), rubricada por el cardenal Fernández Tucho y avalada por León XIV, no niega la verdad que defiende; la entierra bajo capas de «prudencia pastoral». Reconoce que María coopera íntima y subordinadamente en la Redención (doctrina arraigada en la Tradición, proclamada por Pío XI, explicada por Pío XII, reiterada siete veces por Juan Pablo II), pero declara «inoportuno» el título Corredentora.

El prefijo co- significa con, nunca igual a. Cristo es causa primera, María instrumento libre. El argumento de la nota no es dogmático, sino hermenéutico: podría «oscurecer» la mediación única de Cristo. El razonamiento revela una fractura más honda que la mariología: la ausencia de un marco epistemológico claro para el Magisterio. Pero la consecuencia inmediata será el daño pastoral. Lex orandi, lex credendi: lo que se deja de proclamar, se deja de creer.

Fiducia Supplicans fue el ensayo, ahora toca a María. Quizá la antesala de empezar a cuestionarse la Transubstanciación. Sencillos como palomas, pero astutos como serpientes, no podemos dejar de ver que un enemigo interno no negaría la doctrina, la asfixiaría con omisiones pastorales. Asimismo, deberíamos seguir atentos al hecho de que la materia de estudio para llamar a la «prudencia» del prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe se parece demasiado a concesiones ecuménicas.

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