La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, este jueves en la XXXVII Reunió Cercle d'Economia en Barcelona DAVID ZORRAKINO (EUROPA PRESS) 05/05/2022

El surrealismo en este país está alcanzando unas cotas insospechadas. La lista es generosa, pero por detenernos en una sola cosa, hablemos de lo último de Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos (¿para qué llamarlo Ministerio de Economía? ¡Abajo la economía del lenguaje!). Pues bien, la ministra ha participado en un acto de liderazgo empresarial esta semana en Madrid. Hasta ahí, todo normal. Pero resulta que, al comienzo, cuando la organización del evento se disponía a hacer la típica foto de familia propia de este tipo de encuentros, la ministra súbitamente —una vez ya colocada en el photocall— decide huir y no fotografiarse. ¿El motivo? Que todos sus acompañantes eran hombres.

El pasado mes de febrero, Calviño se comprometió a no volver a participar en un debate sólo con hombres ni a fotografiarse sólo con ellos. Parece que lo primero se le ha olvidado, ¡pero Dios le libre de lo segundo! La forma por delante del fondo, siempre.

La pregunta es ¿qué consigue la ministra con esto? Habrá quien piense que menuda maravilla, una luchadora por los derechos de las mujeres, ¡una auténtica feminista! ¿Pero realmente esto sirve de algo? Quizá, la próxima vez que inviten a Calviño a algún evento de este tipo incluyan a alguna mujer, modo cuota, para que la señora se haga la foto. ¿Estarán esas mujeres invitadas por ser las más capacitadas? No. Lo estarán por el hecho de ser mujeres porque, parece ser que necesitamos que nos traten como si fuéramos menos, como si únicamente mereciéramos estar en la foto por tener determinados genitales.

Me pregunto, también, si en el caso de que en otro hipotético acto las invitadas fueran todas mujeres se haría Nadia Calviño la foto. Rotundamente sí, ¿pero no estaría con ello fomentado la desigualdad entre hombres y mujeres? ¿No debería negarse hasta que hubiera un hombre?

Supongamos que en un oficio dominado principalmente por mujeres se aplicara a los hombres como cuota. ¿Les parecería bien a las autodenominadas feministas que no contrataran a X mujeres como, por ejemplo, enfermeras, para poner en su lugar a hombres? ¿O les parecería una aberración?

Habría que dejar de juzgar a las mujeres por el hecho de serlo, y mirar por sus capacidades, sus logros y sus méritos. Ninguna mujer quiere llegar alto por el hecho de ser mujer. Quiere, y debe, llegar por lo que haya demostrado. Exactamente igual que un hombre. ¿Por qué debe ser distinto para unos u otros? ¿No queremos igualdad?