Qué importante es el relato, la construcción de un marco mental con el que limitar el pensamiento crítico en determinados nichos de la sociedad. Ésa es la razón por la que ciertos votantes escogen a psicópatas como sus gobernantes o a delincuentes sentenciados por los tribunales como Otegui. Crean una narrativa predeterminada con el objetivo de alimentar los binomios mentales que distinguen a los buenos de los malos. Ciertas campañas propagandísticas repletas de oscuros relatos concebidos para confundir al personal sobre las personalidades de los dirigentes. Es curioso, por ejemplo, ver la escena de la cumbre de la OTAN a un Boris Johnson en el Museo del Prado contemplar una de las obras de la pinacoteca cuando como refleja el politólogo Toni Aira en su libro La política de las emociones, el primer ministro ha sido vendido a la masa como un juerguista bobalicón cuando en realidad estamos ante un intelectual y biógrafo de Winston Churchill.
Con un golpe de efecto, en política el que iba tercero en las encuestas puede resultar vencedor. Todo es cuestión de perspectiva. Acuérdense de cómo Iván Redondo consiguió que Pedro Sánchez pasase de ser repudiado por el PSOE a destruir el partido y después España. Consiguieron dibujar un cuadro en el que él era el insolente atacado y los demás unos villanos controlados por los poderes económicos. La realidad es que su alargada figura es la más despótica que ha pisado La Moncloa y los barones sí que velaban por el interés trascendental a pesar de que la mayoría siguen en sus cargos y en ese socialismo convertido en sanchismo. Tan sólo hace falta una pizca de imaginación para crear una realidad paralela.
Lo volverán a hacer. La izquierda ha encontrado una solución para camuflar todas las infamias, fechorías y corruptelas que sus personajes han perpetrado en el poder. Si uno escucha a Pablo Iglesias en su chiringuito con forma de podcast en Público, oye a Mónica Oltra en el momento de su dimisión o ve a Sánchez en las entrevistas, todos comparten una unidad del mensaje: la presunta incomodidad de los poderes económicos con sus medidas progresistas. «Cuando haces determinadas políticas los poderosos te matan», señaló Oltra en la comparecencia de su dimisión. El presidente del Gobierno afirmó estar recibiendo ataques por parte de terminales mediáticas.
Tienen todo pensado. No me extrañaría que Iván Redondo estuviera detrás de estas estrategias visto que escribió la pasada semana una columna en La Vanguardia en la que pronosticaba que Sánchez había vuelto para rescatar a los españoles de los malvados capitalistas. «La clase media y trabajadora frente a los poderes económicos, empatía con sus socios y recuperación de la carpeta Cataluña». Quieren proyectarse como los valedores de los pobres que ellos mismos han creado. Ya saben, lo de romperte las piernas y luego darte unas muletas. Gracias, Pedro. También te digo, Iván, prefiero estar con los poderes económicos antes que estar con golpistas y filoterroristas. ¿Empatía con sus socios? Si la izquierda vuelve a gobernar además de ser todos más pobres, tendremos nuestras instituciones destrozadas, Cataluña cuasi independizada, a los presos de ETA en sus casas y a Otegui de Lendakari.
Cuando digan que Gustavo Petro, Pablo Iglesias y compañía velan por ti frente a los poderes fácticos, recuerda que el primero fue un terrorista de las FARC y los otros son unos servidores de la mentira y de los aristócratas del mal como Maduro.