El decrecimiento neto de la población española

En 2024 la población total creció en más de 500.000 personas a causa de la invasión migratoria, mientras el número de españoles se redujo en unos 130.000

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El dinamismo poblacional de España se sostiene sobre un desequilibrio estructural cada vez más acusado: hay más habitantes, pero cada vez menos españoles. En 2024 la población total creció en más de 500.000 personas a causa de la invasión migratoria, mientras el número de españoles se redujo en unos 130.000.

Los datos son de la Estadística Continua de Población y exponen el deterioro del crecimiento natural. Durante el periodo mencionado, en España se registraron 322.075 nacimientos frente a 461.946 defunciones, lo que deja un saldo vegetativo negativo de 139.871 personas, el más bajo desde que existen registros comparables. Es decir, el país muere más de lo que nace desde 2017, y cada año esa brecha se amplía.

Una España más poblada, pero menos españolaA este fenómeno se suma el envejecimiento acelerado. Más de un 20% de la población española supera los 65 años, y la esperanza de vida, una de las más altas de Europa, hace que las generaciones del baby boom comiencen a salir del mercado laboral y a engrosar las estadísticas de mortalidad. El resultado es un declive natural estructural, imposible de revertir sin un repunte sostenido de la natalidad.

En términos de nacionalidad, el crecimiento de la población española no procede de nacimientos, sino de naturalizaciones y retornos. Durante 2024, más de 240.000 personas adquirieron la nacionalidad española, principalmente originarias de Iberoamérica (Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú y la República Dominicana). Aunque la población con pasaporte español aumentó en más de 200.000 personas, la mayoría había nacido en el extranjero.

La tasa de fecundidad, situada en 1,16 hijos por mujer, es la más baja de Europa, sólo superada a la baja por Corea del Sur a nivel mundial, país donde el relato de género ha triunfado tanto como en España. Muy lejos del nivel de reemplazo generacional (2,1), esa cifra refleja el peso del coste de la vivienda, la precariedad laboral y el retraso en la edad de maternidad, que se sitúa en torno a los 32,6 años, la más alta de la Unión Europea.

El número de españoles en España desciende desde hace más de un lustro. El saldo migratorio de más de 560.000 personas en 2024 no sólo supone un remplazo poblacional, sino que además sirve para maquillar las cuentas macro de las que presume el Gobierno, mientras deteriora la economía real. El resultado es una España cada vez más poblada, pero sin identidad, que haría bien en empezar a preguntarse dónde estaría el problema en ir hacia una de 40 millones de habitantes, no de 50, pero Española, no global.

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