En una de las fotografías más icónicas que nos dejaron los días posteriores al 29 de octubre de 2024, tomada desde un dron sobre la CV-33 a la altura de Picassent, una columna humana de más de un kilómetro avanza en silencio bajo un cielo plomizo. Hombres y mujeres de todas las edades llevan palas al hombro, rastrillos oxidados, escobas, cubos de plástico y bolsas de basura. Se dirigen con sus medios a las zonas anegadas por la riada.
Un video, publicado primero por los canales del Grupo de Socorro en Catástrofes Francés (GSCF) y viralizado después por redes sociales, hacía reaccionar a la sociedad civil. «¿Me estás diciendo que somos los primeros en llegar?». Un miembro del GSCF expresaba incredulidad al enterarse de que su equipo era la primera ayuda organizada en llegar a Alfafar.
La cruda realidad en el primer aniversario de la rieada para la Comunidad Valenciana está tejida con cifras luctuosas de vidas humanas irremplazables, daños cuantiosísimos en infraestructuras destruidas, hogares devastados y pérdidas irreparables. Un año después, podemos ponerle fecha e imágenes al día en que, como país, pudimos constatar que el pueblo español está gobernado por sus enemigos.


