Desde la política se fomenta la invasión migratoria con distintos tipos de argumentos fallidos. Uno de ellos es la caridad frente a aquel que huye de guerras inexistentes, de miseria en países con menor tasa de paro que la de cualquier provincia española o el desamparo de unos «menores» que vienen con iPhone. Otro es la necesidad de trabajadores para sostener la economía y el sistema de pensiones.
El invierno demográfico en Occidente, que es una realidad innegable, lejos de ser combatido es fomentado de manera activa. No sólo falta voluntad de favorecer la natalidad, sino que se aplican constantemente políticas que, directa o indirectamente, son antinatalistas. Bien sea promoviendo el aborto, bien haciendo imposible el acceso de los jóvenes a la vivienda o al empleo estable.
Moreno Bonilla (PP) ha anunciado una nueva bajada de impuestos en los Presupuestos de Andalucía para 2026. Entre las medidas ha destacado la deducción fiscal en el IRPF del 30% en gastos veterinarios para «familias que incorporen una mascota». Se pretende fomentar «la adopción responsable y el bienestar animal, mientras se refuerza la competitividad fiscal de Andalucía».
Toda relajación de la asfixia fiscal a la que nos someten es poca. Cierto. Tanto como que fomentar que las familias «incorporen» mascotas antes que hijos es una expresión evidente del credo globalista. Nos quieren solos, sin familia, desarraigados, sumisos, manipulables, subvencionados, medicados, dependientes, desesperados, sin capacidad de reacción, sin nada por lo que luchar y volcandos en afectos a un animal o a la IA. Esclavos.