Que cada día tenga su propio afán (informativo)

La mayor preocupación de los dirigentes del Partido Popular es ser confundidos con sus votantes tradicionales. Ante la posibilidad de ser tomados por católicos, el desvelo asciende a pánico. En su camino de diferenciación, han llegado tan lejos los esfuerzos laicistas de la cúpula popular que ni los más viejos de Génova 13 parecen recordar que cada día tiene su propio afán.

Para muestra, un Mazón —o quien le haya dimitido—, que no ha podido escoger otro día de los 370 que ha tenido para dimitir, y lo ha hecho cuando un fiscal general del Estado (es decir del PSOE) se sienta por primera vez ante un tribunal, y se ha confirmado que la mano derecha de Sánchez también será juzgado en otro proceso que apunta a La Moncloa.

En un acto biempensante, la explicación es que Feijoo y los suyos han concluido que con la «asunción de responsabilidades de Mazón» se cargan de autoridad para repetir un «no somos como ellos» vergonzante e inútil. En un acto de realismo sólo cabe pensar que se trata del enésimo rescate del PP al PSOE, esta vez moviendo el foco de la información.

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