«Si necesitan ayuda, que la pidan» será el epitafio político de un psicópata indiferente al sufrimiento ajeno que detenta la Presidencia del Gobierno. El mismo que no dudó en enviar un buque de la Armada a escoltar a un grupo de vividores y proetarras que, entre fiesta y fiesta, cruzó el Mediterráneo rumbo a un territorio de guerra en apoyo de una banda terrorista.
Necesitan ayuda y la han pedido sin descanso durante un año quienes lo perdieron todo bajo la riada que pasará a la historia como la primera catástrofe acaecida en España en la que el Estado no ha estado antes, durante y apenas después, si cuenta el baño de masas de los reyes entre quienes estaban bañados en lodo: «No os creáis todo lo que veis en la televisión».
Los valencianos que todavía permanecen acogidos porque perdieron su casa, sin poder salir de ella porque aún no hay ascensor o sin medio de vida porque su pequeño comercio fue arrasado por el agua se encuentran con la verdadera razón de ser del Estado de las Autonomías: ningún gobernante es responsable de nada. Cada administración utiliza a otra de coartada.
