Uno de los últimos sermones del padre Julian Large ha causado polémica en redes sociales, no por la dureza de sus palabras, sino por la claridad de las mismas. Vivimos en un tiempo en que la verdad resulta escandalosa. Este sacerdote británico, rector del Oratorio de Londres, pidió en una de sus homilías que ninguno de los políticos que están a favor de la cultura de la muerte se acerquen a comulgar.
Lo cierto es que Oratorio de Londres es el enclave más importante de la Iglesia Católica en la capital británica, sólo por detrás de la catedral. Desde hace años el padre Large encabeza la labor pastoral de numerosos sacerdotes que mantienen viva la fe en medio de un clima enrarecido. Así, por su ubicación y por su importancia, no resulta extraño ver a numerosos diputados en las celebraciones dominicales del templo.
Tras las recientes votaciones en favor de la legalización del suicidio asistido y la despenalización del aborto —dos materias de gran importancia en la antropología cristiana, no sometidas a debate o interpretaciones—, algunos diputados han seguido acudiendo a Misa en el mencionado oratorio. Ante esta evidente incoherencia, el rector de la basílica ha pedido que no se pongan en la fila de la comunión los diputados que hayan favorecido tales medidas.
Pese a la polémica, son muchos los que estos días muestran su apoyo al padre Large tanto en persona —abarrotada estaba la iglesia el pasado domingo— como por redes sociales, con mensajes como el siguiente: «El padre Julian Large es un sacerdote maravilloso. Asistí a muchas de sus misas cuando viví en Londres en 2011. Es una persona de una solidez insuperable. La congregación del Oratorio cuenta con la asistencia de muchas personas influyentes; algunas incluso vuelan para asistir a la misa dominical. Un coro magnífico».
Otros de los parroquianos del Oratorio de Londres también ha expresado su admiración: «¡Más sacerdotes deben predicar con valentía la verdad de esta manera!», apuntaba una mujer en X; otro usuario remataba: «Debemos rezar por los sacerdotes valientes. Y debemos rezar también por los sacerdotes cobardes. No dejemos de rezar por ellos».