Andrés Trapiello ha presentado en Madrid su nuevo libro, Próspero viento (La Esfera de los Libros), una obra en la que combina memoria personal y reflexión política para denunciar lo que considera el principal lastre intelectual del país: la hegemonía cultural de la izquierda.
«La hegemonía cultural de la izquierda terminará cuando empiecen a leer todo aquello que dicen haber leído. Eso se cura leyendo», ha afirmado el autor, que achaca a la derecha una «dejación de la cultura» frente a una izquierda que «da la matraca todo el día» con sus intelectuales. «Durante cuarenta años, el gran poeta español ha sido Rafael Alberti, pero no Juan Ramón Jiménez», ha dicho no sin ironía.
Para Trapiello, esa hegemonía hunde sus raíces en la Guerra Civil, cuando «se creyó que todos los mejores escritores estaban del lado de la República». Una idea «falsa», sostiene, que ha servido para mantener una superioridad moral indiscutida. «Lorca fue importantísimo, pero también lo fueron Ortega, Baroja, Chaves Nogales o Clara Campoamor. La historia republicana fue una cadena de derrotas, pero una victoria permanente en el relato», ha defendido.
En Próspero viento, el autor afincado entre Madrid y Trujillo busca desmontar esos «lugares comunes» y reivindicar una cultura libre de etiquetas ideológicas. El libro, a medio camino entre el ensayo y la autobiografía, sigue la trayectoria vital del propio Trapiello como espejo de varias generaciones de españoles que han visto cómo la política se apoderaba del discurso cultural.
El escritor arremetió también contra la memoria histórica impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero, que a su juicio supuso «volver a la casilla de salida». «Se creyó que la izquierda había sido más generosa y se puso en circulación una memoria que recuerda lo que no pasó y olvida lo que sí ocurrió» y, frente a esa deriva, defiende el espíritu de la Transición, «cuando ambas partes entendieron que sin memoria no hay justicia, pero sin olvido no hay paz».
Trapiello ha advertido además del deterioro de la libertad en las democracias occidentales: «La libertad siempre está en peligro. Las instituciones están más hipotecadas y los gobiernos usan todos los mecanismos para recortarla». En su opinión, el actual Ejecutivo repite consignas que «paralizan las ideas» y refuerzan el conformismo político.
«Próspero viento es un canto a la libertad», ha resumido el autor, que invita a aplicar la «duda metódica» como único antídoto frente a los dogmas. En esa defensa de la independencia intelectual, Trapiello vuelve a situarse, como ya hizo en Las armas y las letras, en el centro del cruce de caminos entre la cultura y la política en España.