‘El español que enamoró al mundo’, biografía de Julio y radiografía de España

«Julio no es moderno ni un solo minuto de su arte. Y, sin embargo, ha sido contemporáneo de todos»

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El español que enamoró al mundo (Libros del Asteroide) es la incursión de Ignacio Peyró en un terreno en el que las fronteras de la biografía y la cultura popular son irreconocibles, mucho más que un relato de la vida de Julio Iglesias. El libro es un retrato profundo, brillante y estilísticamente ambicioso de una de las figuras más universales de la historia de España y del mundo que le vio nacer, lo encumbró y que él mismo, a su manera, ayudó a definir.

Julio Iglesias, con más de 300 millones de discos vendidos y una carrera que lo llevó desde Benidorm al Madison Square Garden, ha sido, sólo por detrás de Salvador Dalí y Pablo Picasso, el español más famoso del siglo XX. En un texto que va más allá de la hagiografía, Peyró hace de la biografía un ensayo nacional y de la crónica social, espejo de un país.

La vida de Julio Iglesias es un tránsito por la historia reciente de España: desde los años del hambre y las pensiones familiares en el Madrid de posguerra hacia el desarrollismo, la Transición democrática, el despegue internacional en los 80 y la consolidación de España en el nuevo milenio.

De símbolo nacional a primer hispano universal

La crónica arranca con un joven Iglesias atrapado entre el Derecho y el fútbol, cuya vida da un giro tras un accidente que lo deja postrado. La guitarra que recibe durante su larga convalecencia no sólo le cambia el destino, sino que sirve a Peyró como punto de partida para trazar el arco de un país que pasa de la autarquía gris a convertirse en exportador de glamour, éxito y espectáculo.

El cantante fue, en muchos sentidos, una figura dual: tradicional y moderno, españolísimo y cosmopolita, reservado y exhibicionista, popular y desconcertante para las élites. Su irrupción en Eurovisión en 1970, su despegue comercial con Gwendolyne, su boda de penalti con Isabel Preysler que desembocó en el primer divorcio de España, su rango de sex symbol global reflejan tanto el ascenso social como las nuevas aspiraciones culturales de un país en busca de referentes internacionales.

Julio Iglesias, que «podía haber sido diplomático o peluquero; fue cantante y embajador de sí mismo», encarna esa España que se abría al mundo sin haber superado del todo sus complejos. En él confluyen los códigos del latin lover con los de la diplomacia, el márketing turístico con la sentimentalidad pop. Iglesias, que «no canta, encanta», llegó antes que Banderas, Luis Miguel, Sanz y Bosé.

Hombre de sus tiempos

Julio Iglesias se ha adaptado a los tiempos y a veces han sido los tiempos los que se han adaptado a él. Convertido ya en una leyenda viviente, su imagen ha saltado de las portadas de ¡Hola! a los memes virales. «A medida que pasa el siglo XXI, Julio nos va pareciendo más siglo XX», escribe Peyró.

«Julio no es moderno ni un solo minuto de su arte. Y, sin embargo, ha sido contemporáneo de todos». De los Reagan, Felipe González, Isabel Preysler, los Clinton, Vaitiare, José María Aznar, Frank Sinatra o Hugo Chávez. Cada anécdota, cada giro biográfico, remite a una España que muda de piel sin cambiar de símbolo.

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