El día de la Hispanidad, la fiesta nacional de España, también se celebra en los Estados Unidos. Es festivo federal desde 1937, cuando Franklin D. Roosevelt estableció el Día de Cristóbal Colón como feriado en todo el país. Aquel decreto formalizó una conmemoración popular que se remonta a 1792, tres siglos después de la llegada de las tres caravelas a las costas de Bahamas, que marcó el comienzo de la civilización de América.
Como ha ocurrido con casi todos los festivos —aún se respeta el día de Navidad—, el Congreso de los Estados Unidos trasladó la fecha del 12 de octubre a un lunes, en concreto al segundo del mes para garantizar que siempre haya un fin de semana largo.
El Columbus Day, el Día de Colón, es hoy —o era hasta hace tres años— uno de los pocos festivos celebrados en todo el país gracias a la presión de millones de italoamericanos radicados sobre todo en Nueva York y en otras ciudades de la costa este de los Estados Unidos, que cada 12 de octubre desde hace más de dos siglos han reivindicado su origen y su fe.
Día de los Pueblos Indígenas
Años después, la ola de racismo antiblanco que siguió a la muerte de George Floyd —aquel 2020 de confinamientos y manifestaciones masivas— derribó estatuas del propio Colón, Isabel la Católica o San Junípero Serra y cristalizó en el voto de los gobernantes de algunos estados y ciudades —con sus apellidos italianos, irlandeses y españoles— para cancelar el Día de Colón por las «atrocidades» de la «colonización» de América y, sin perder el festivo, le cambiaron el nombre.
A pesar del carácrer federal del Columbus Day, todos hicieron uso de una prerrogativa aprobada en el primer año de Joe Biden como inquilino de la Casa Blanca, que renombró el segundo lunes de octubre como el Día de los Pueblos Indígenas en el país de América con menos indígenas, donde sólo quedan unos pocos aborígenes en los territorios a los que llegaron los españoles, y otorgó libertad a los gobiernos locales y estatales para elegir qué celebrar.